En el tramo sanjuanense del Camino Real de Tierra Adentro, en “la calle que serpentea” como la llamó el ex presidente municipal Manuel Suarez Muñoz, se encuentra el Monasterio de Nuestra Señora de los Dolores, el que popularmente conocemos como “El Beaterio” (lugar de beatas) fundado el 11 de agosto de 1683, un día como hoy pero de hace 337 años, gracias a Fray Antonio Margil de Jesús y a las hermanas Josefa, Isabel, Ana y Beatriz Flores, quienes donaron un espacio grande para dicho fin, ellas, el mismo día de la fundación recibieron los hábitos de la Tercera Orden Regular de San Francisco.
Sobre la fundación se ha hecho popular una leyenda como es la del florecimiento del bastón de Fray Antonio Margil, en el lugar que señaló para la construcción del nuevo Beaterio; “se cuenta que los frutos del árbol florecido han sido curativos para muchas personas, consideremos este hecho como una prueba más de la infinita misericordia de Dios”, destaca Francisco Pájaro en sus escritos sobre el tema, al que hoy hacemos referencia.
La aprobación de la fundación estuvo a cargo del Excmo. Sr. Don Francisco Aguiar y Ceijar, Arzobispo de México, quien incluso apoyó económicamente para la edificación y sus sostenimiento; lo mismo que la Reina de España Doña Mará Luisa de Borbón, esposa del Rey Carlos III, de quien también se recibió ayuda. En 1863, el Beaterio pasó al cuidado pastoral del primer Obispo de la Diócesis de Querétaro, Mons. Bernardo Garate López Arizmendi.
Cabe destacar el estilo neoclásico del pequeño convento, con claustro, celdas, capilla, refectorio y huerta, el cual fue reedificado en 1850 por el P. Domingo García. En el altar mayor se aprecia la imagen de Cristo Crucificado y a un lado la de Nuestra Señora de los Dolores, patrona del lugar. Entre otros detalles: puertas labradas con símbolos de la eucaristía, el abanico de madera que cubre el coro alto, y la capilla dedicada al Sagrado Corazón, además de una imagen de Nuestra Señora del Pueblito que data de 1851.
Desde su fundación hasta la fecha –incluye el Lic. Pájaro- el Monasterio ha sufrido varias exclaustraciones, desde 1863, en diferentes periodos, hasta 1950, cuando el edificio fue ocupado por la Secretaría de Salubridad, y gracias a las gestiones de don Manuel Prieto, don José Salas y don Teófilo Gómez, se pudo recuperar.
Como dato curioso: el Presidente de la República, Lic. Benito Juárez García, el 9 de enero de 1872, expidió un decreto que dejaba exento de la enajenación de las Leyes de Reforma, al Beaterio, condicionando a seguir con el objetivo para el que fue creado; una vez que se notificó al Ayuntamiento, siete días después, las religiosas regresaron al siguiente mes para continuar con su labor conventual.