Por Agustín Escobar Ledesma
Tomado del libro “El Centenario de la Constitución1917-2017” editado por DIARIO DE QUERÉTARO y la UniversidadAutónoma de Querétaro. Décima tercera entrega 27 de julio de2016
La gran empresa de noticias The Associated Press teníaacreditado su representante en el señor Wegan, hombre muyponderado y deseoso siempre de informar la verdad. El señor Weganse retiró del periodismo y se radicó después en la capital de laRepública. Ayudaba al señor Wegan el periodista mexicano JoséDíaz, muy inteligente y afanoso.Durante los meses de noviembre ydiciembre de 1916 y enero de 1917, permanecieron en Querétarolos corresponsales de los diarios metropolitanos, tanto por laimportancia que para los lectores de esos periódicos tenía lareunión de los constituyentes, como porque el Poder EjecutivoFederal se encontraba ocasionalmente radicado en esa ciudad.
También se encontraba el señor Decursi, corresponsal del grandiario neoyorkino New York Times.
Por su parte, el periódico oficioso El Pueblo, enaquellos días dirigido por don Heriberto Barrón, había enviado aun periodista profesional, el señor Ernesto Hidalgo, quien llevóa ese trabajo su experiencia como cronista parlamentario que habíaadquirido en la XXVI Legislatura. Después fue director del diario El Universal Gráfico y ocupó algunos puestos enla administración pública, entre otros, diputado al Congreso dela Unión y oficial mayor de la Secretaría de RelacionesExteriores. En sus crónicas del Constituyente fue ayudado por unperiodista “viejo” al que le llamaban “Cachito Ortiz”.
El señor don Carlos Quiroz fue corresponsal del diario ElDemócrata, periódico que dirigía don Rafael Martínez (RipRip). El señor Quiroz era especialista en crónicas parlamentariasy conocía a muchos políticos desde la XXVI Legislatura. Fuedespués el cronista parlamentario de El Universal.También se ha distinguido don Carlos Quiroz como técnico de lascrónicas taurinas, habiendo hecho célebre el pseudónimo de“Monosabio”. Colaboraba con el señor Quiroz el periodistaRafael Rentería, quien era muy joven pero ya se perfilaba elcompetente repórter que tanto relieve adquirió más tarde.
En los últimos días del Congreso sirvió a ElDemócrata el periodista F. lbarra de Anda.
El diario El Universal, cuyo director era el señorFélix F. Palavicini, tuvo de corresponsal como Enviado Especial enQuerétaro durante las reuniones del Congreso Constituyente, alseñor Jesús Gómez. El señor Gómez fue víctima de muy rudosataques en el Congreso a causa de que las crónicas no eran delagrado de algunos representantes. En realidad esto era injusto,porque el corresponsal se limitaba a transmitir lo que oía,dándole naturalmente importancia a los discursos medulares yanotando apenas a los que eran superficiales. Además, el texto ola síntesis de los principales discursos transmitida portelégrafo, no era obra de Gómez sino del doctor Luis Coyula,secretario del director, quien concurría diariamente a lassesiones, escuchaba con atención los debates y salía de allí aredactar la síntesis de los discursos, los que, entregados aGómez, eran enviados por telégrafo al diario. Coyula escribíatambién algunos editoriales que se enviaban por correo y cuando elasunto era de inmediata atención, se enviaban, igualmente, portelégrafo. Nadie se dio cuenta en el Congreso de la presencia deldoctor Coyula ni se imaginaron la obra que desempeñaba. Así losataques se concretaron al director del diario y al corresponsal.Después Gómez se separó de El Universal y falleciójoven siendo repórter de Excélsior.
En la ciudad de Querétaro se imprimieron dos periódicosredactados y editados por constituyentes: El Constituyenteque dirigía el periodista Rafael Vega Sánchez; ese periódicorepresentaba el criterio de los jacobinos. Asimismo se publicaba unpequeño periódico de sátira e ironías: El Zancudo quehacían los diputados Salvador R. Guzmán y Pedro Chapa: ElZancudo fue hecho con mucho ingenio y era inclinado al gruposocialista de la Cámara; por lo tanto, ridiculizaba con muchafrecuencia a los jacobinos.
El cuerpo de taquígrafos del Constituyente fue muy bueno,estaba integrado por hombres capaces y si los diputados encargadosdel “Diario de los Debates” hubiesen tenido más cuidado, sehabrían evitado muchas omisiones que se debieron, especialmente,al descuido con que se trató esa importante publicación.”