Se llevó recientemente a cabo el III Concurso Nacional de Interpretación Pianística “Esperanza Cabrera” auspiciado por la Facultad de Bellas Artes de la UAQ, la Orquesta Filarmónica de Querétaro y la familia de la más egregia pianista queretana fallecida hace casi 40 años.
Con la presencia de sus hijos María Guadalupe, Víctor, Gilberto, Ma. Esperanza, Isaura y Carlos, doce participantes de diversos estados de la república, así como de Chicago, EU, se dieron cita en el histórico edificio de la vieja Academia de Música de Querétaro donde demostraron su enorme talento.
Esperanza Cabrera de Hinojosa fue una estudiosa del piano quien desde muy niña mostró su talento único como intérprete del piano.
Nació en San Juan del Río en 1924 y a los 8 años tocó en la radio XEW “La Voz de la América Latina” un “Nocturno” de Federico Chopin; al terminar su interpretación, la esposa del presidente Abelardo L. Rodríguez que escuchaba el programa, solicitó que repitiera su interpretación.
En 1943 participó en histórico concierto al lado de Manuel M. Ponce, Julián Carrillo –otro muy destacado músico y compositor queretano-, y la famosa contralto Fanny Anitúa; posteriormente, en el Castillo de Chapultepec estrenó el “Concierto para piano y orquesta” de Arnulfo Miramontes.
En febrero de 1946 El Universal reseñaba: “la Srita. Esperanza Cabrera nos cautivó al escucharle un programa erizado de dificultades, en su concierto dado en la Sala de Conferencias del Palacio de Bellas Artes. La Obertura “Tanhauser” de Wagner-Liszt, que hace 10 años se la oímos a Hoffman pareció impecable en las manos de la Srita. Cabrera quien hizo derroche de su portentosa técnica y dotes interpretativas”.
En 1948, Querétaro se vistió de gala para celebrar el Gran Concierto final de Carrera de la maestra Esperanza Cabrera en el hoy desaparecido Teatro-Cine Plaza.
El jurado estuvo formado por los maestros Arnulfo Miramontes, Juan D. Tercero, Estanislao Mejía, Elena Padilla, Cirilo Conejo Roldán, Fernando Loyola, Mercedes Castillo y Ramón Noble Olivares.
El título lo entregó el gobernador del estado Agapito Pozo.
El programa lo integraron obras de Beethoven, Brahms, Liszt, Bach, Paderewski, Verdi y Balakirew.
Su vida transcurrió después entre conciertos y docencia, tanto en el Conservatorio, su Alma Mater, como en escuelas públicas y privadas de Querétaro mientras construía con don Víctor Hinojosa su preclara familia.
Un derrame cerebral cegó lamentablemente su fructífera vida en diciembre de 1979.
El maestro Eduardo Loarca Castillo, no muy pródigo en elogios a músicos queretanos, demandó entonces un lugar para ella en el Panteón de Personajes Ilustres de Querétaro.,
Alegría y sencillez
La maestra Esperanza Cabrera de Hinojosa era, junto a su prestigio y talento non, una persona de enorme capacidad de trabajo, disciplina, sencillez y alegría.
Además, sabía reconocer sin reserva el talento de otros grandes.
Cuando Alberto Cortez vino por primera vez a Querétaro al Teatro de la República en 1971, Esperanza Cabrera asistió y no reparó en elogios al pianista del grupo que lo acompañaba que era el entonces joven compositor, arreglista y jazzista Enrique Nery quien aceptó humilde el reconocimiento de la maestra cuya carrera conocía y reconocía.
Supo Esperanza Cabrera de Hinojosa del éxito, pero más del gozo triunfal de quien sabe cultivar y compartir los talentos recibidos.