En un mundo donde la hipocresía, el miedo a ser uno mismo yla intolerancia son las notas que marcan los conflictosíntimos y públicos, Joumana Haddad (Beirut, Líbano,1970) predica y ejerce su derecho, el de las mujeres y el de loshumanos en general, a expresar con libertad sus deseos, sin miedo ysin condena.
Joumana es una poeta árabe, esbelta, de cabello rizado ymirada profunda. Es políglota, guapa y elegante. Podríaser una musa, pero prefiere ser ella la que salga en busca decapturar el rayo de la poesía. Desde una región dondehabita el estereotipo más cruel e injusto de la mujer sumisa,sus versos se lanzan llenos de sensualidad. Joumana Haddad noescribe sobre la mujer deseada, sino sobre el deseo de la mujer. Espoeta de versos explícitos, escritos desde un país que laodia y que ha encontrado formas de expresarle ese odio.
Pero es también una inspiración. Lleva tatuada lapalabra “libertad” en el brazo izquierdo. Haddad esla primera mujer responsable de la sección cultural de AnNahar, el periódico más importante de Líbano.Fundó el proyecto editorial de Jasad, una revista quedesafió por primera vez las tabúes de la sexualidad y elcuerpo en el mundo árabe. Es sobre todo autora de libros“escritos con las uñas”, que defienden elsensato derecho de tener mujeres libres en el mundo. Desde 2014,está considerada dentro de las 100 mujeres árabesmás influyentes de la región.
Se quedó a vivir en su natal Beirut porque cree que es esala manera de continuar la lucha que le apasiona, aunque sabe que sino viajara constantemente, su vida ahí sería imposible.Recientemente, Joumana estuvo en México para participar enencuentros con lectores mexicanos de todas las edades.Concedió un día de entrevistas en una librería de laCiudad de México, donde atendió con paciencia y en unespañol claro y transparente a los medios mexicanos.
Ella misma ha ejercido como periodista, así queentrevistarla significa cruzarse con la calidez y entusiasmo conlas que expresa sus ideas. Es consciente del enorme peso de cargarno solo con su propia voz, sino con las de otras: “Haymuchas mujeres en el mundo árabe que no tienen la posibilidadde tener una voz. A veces, esas mujeres me dicen que yo soy su voz.Eso me da un sentido de gran responsabilidad, pero tambiénestoy convencida de que ser la voz de otros no es suficiente. Esmuy importante inspirar a los demás para que encuentren suspropias voces y las utilicen”.
Encontrar esa voz, asegura, es la manera para combatir lahipocresía del mundo, una forma de quitarle a los otros elpoder que les damos de influir en nuestras vidas: “si decidoque lo que hago tiene que complacer a todos, les doy mucho poder.Yo decidí que no me importa. Lo que me importa es satisfacermi sed de verdad. Debemos tener el valor de ser auténticos,sin que nos importe el prejuicio de los otros. Es así queempieza nuestra libertad. Claro que hay un precio que pagar, peromerece la pena pagarlo si lo comparamos al lujo de serlibres.”
EL CUERPO COMO PROVOCACIÓN
Beirut está ubicada a 30 kilómetros de la remotaBiblos, la ciudad más antigua del mundo, que es tambiénorigen de la palabra griega “biblion” (papel, tabletapara escribir), a su vez diminutivo de “biblos”(libro). Fue aquí desde donde los fenicios zarparon paraexportar al mundo el alfabeto y la palabra escrita. En los librosde Joumana resuena ese lenguaje iniciático. Es su amor por loslibros lo que la convirtió en una poeta que habla y vive conplena libertad, sin negociar nunca con ese derecho; una mensajeraque con su vida y oficios comparte la idea de que la únicarevolución posible es no traicionarse a uno mismo. Que laverdadera transformación está en “destruir lo queconocemos para construir juntos, hombres y mujeres, algomejor”.
Cuando Joumana tenía cinco años, comenzó enLíbano la guerra civil que azotaría su país durantelos siguientes 15 años. En ese ambiente hostil, donde lasfuerzas cristianas, musulmanas y seculares ponían sangre yfuego para ganar cada centímetro de Beirut, Joumanaencontró refugio en la biblioteca de su padre, un hombretradicional pero ávido lector, que guardaba los librosprohibidos en los lugares menos visibles de su estantería.
Pero la niña se las arregló para encontrarlos yabrió así las puertas de la transgresión: a los doceaños se cruzó con Justine del Marques de Sade. Fue ese su“bautismo de subversión”, una lectura que leenseñó que “tu imaginación es tu reino. En tumente, todo está permitido. TODO es posible. Abre las ventanasde par en par, y no temas transgredir ni delirar”. Desdeentonces, “las palabras fueron el único métodopara soñar con esa libertad y expresarla.”
Para vivir en libertad, explica Joumana, es necesario romper conel peso de las convenciones con las que nos miramos en el espejo,porque “todo empieza por poseer el cuerpo que tenemos. Sinese primer paso no podemos ir adelante en esa búsqueda delibertad. El punto de partida es creer en el derecho que tenemos deser tal como somos. Es mi fe en ese derecho lo que me ha vuelto muyapasionada y también me ha enfurecido, por los tabúes queen el mundo árabe tenemos sobre los temas relacionados alcuerpo.”
Por esos motivos fundó en 2003 la revista Jasad (Cuerpo enárabe), primera publicación del mundo árabe dedicadaa las ciencias del cuerpo en todas sus dimensiones, desde laestética y social, hasta la erótica ylingüística. Jasad incluía artículos sobrepoligamia, virginidad y matrimonios forzados, además derelatos eróticos de ficción o testimoniales. El primernúmero de la revista se vendió dentro de bolsas negras yse agotó en diez días. Joumana ganó la primerabatalla de la censura que vino desde la intolerancia religiosa,pero sucumbió a la doble moral de los dueños del mercado,que eran capaces de anunciarse en revistas de mujeres desnudas,pero preferían no vincular su publicidad con Jasad.
Así, la apuesta de Joumana Haddad es por la sinceridad quese convierte en transgresión, pero no de una manera racional,sino de un modo espontáneo e intituitivo, “porquecuando una provocación es un objetivo por sí misma, elefecto no es tan fuerte como cuando simplemente expresas tu verdad,tu naturaleza. Pero también tiene que ser consciente, porqueel mundo necesita terremotos. Hay mucha indiferencia en el mundo.La única manera de despertar a la gente de su indiferencia esa veces esa fuerza de transgresión”.
Leer a Joumana Haddad desde la perspectiva de un hombreoccidental promedio es por lo menos, perturbador. Tambiénplacentero, porque confronta con ironía y pasión sumanera de vivir con las verdades íntimas de nuestrosprejuicios. Ella sabe que por esa manera de tocar el fondo desí misma ha tocado el fondo de otros, aunque su intenciónha sido mucho más modesta: “cuando escribo, no piensoen ningún lector. Lo que quiero lograr es ir a lo másprofundo de mí misma, para encontrar las verdades que lasociedad y las normas nos impiden revelar y expresar. Todos losresultados son daños colaterales. Escribir es undescubrimiento personal. Después, claro, quisiera compartirese descubrimiento con los otros.”
El eco que produce su escritura se dispara hacia dosdirecciones. Una es la que choca con el estruendo de laintolerancia. En Líbano, recibe de manera permanente amenazasde muerte, que lee una vez y luego archiva en una carpeta especialde su computadora. La otra es el susurro de la complicidad queestablece con sus lectores: una intimidad que crea un lazoentrañable con hombres y mujeres del mundo de quienes reciberetroalimentación y esperanza. “Eso es lo maravillosode la literatura: que en las palabras los seres humanos encontramosque tenemos los mismos sueños y sufrimientos. Quizávividos de manera diferente, pero iguales.”
LA LUZ DEL AMOR
Joumana sabe que no se puede cambiar el horror de la realidadcon literatura, pero leer “puede transformar nuestrarealidad en algo más soportable. Esa es una de las leccionesque me enseñó la literatura: quizá no puede cambiarel mundo, pero sí puede cambiarnos. Y nosotros tenemos laresponsabilidad de cambiar el mundo. Nos da la fuerza de serauténticos. De expresar la verdad tal como es, no como lasociedad quiere que la expresemos. De luchar contra ladiscriminación, la intolerancia, la injusticia… paramí la literatura es fuente de fuerza. Me dio la posibilidad deser la mujer que nunca hubiera sido sin los libros”.
El amor es el otro motor que la impulsa y la consume. Al mismotiempo, es consciente de que las relaciones afectivas tienen fechade caducidad. Se casó a los 20 años para poder escapar desu familia. Tuvo dos hijos, se divorció y se volvió acasar, en una relación que tenía como condicióninamovible que cada cónyuge viviera en su propia casa.
Joumana lía sus propios cigarros y aprovecha las pausas ensus eventos públicos para fumar. Explica con una sonrisainolvidable, que perdura en la memoria de quienes la escuchan, laentrevistan o trabajan con ella: “Me descanso en el amor. Esuna fuente de fuerza inmensa para mí. El amor de mis hijos, demi pareja, de los lectores. A veces me despierto y pienso:¿Porqué estoy haciendo todo esto? Estoy tancansada… pero entonces llega un correo de una lectora lejanadonde me dice: “gracias por escribir lo que hasescrito”, o “me has hecho sentir menossolitaria”. De repente me vuelve la fuerza de continuar. Elamor es esencial en mi vida.”
A donde va, cultiva amor entrañable. De su paso porMéxico, ella misma comparte en sus redes sociales(@JHaddadOfficial) los momentos que marcaron su viaje:“Mirar el eclipse desde lo alto de la Pirámide del Sol,comer gusanos (¡no pregunten!), dos hermosos eventosliterarios, un público increíble, innumerables corazonesgenerosos y una sesión de yoga libanesa con el mejorinstructor, mi Bachir.”
“Escribo con mis uñas, con mi sangre, ofrezco trozosde mi alma y de mi cuerpo al lector”, nos dice esta amantede la poesía. Lo dice convencida de que las palabras existenpara salvarnos. A ella la salvaron de una guerra civil y aun hoy,“cuando leo a veces sólo un verso, siento que eldía será más soportable”. Se trata pues de“abrir ventanas. Ofrecernos. Ofrecer a los otros ese regalode nosotros mismos y también encender una luz, porque cuandoofreces tu desnudez das la esperanza de que hay otros que viven lomismo que tú. Eso puede ayudarles a superar susobstáculos”.
Sobre las revoluciones del mundo árabe, es escépticacon el papel de la mujer. Cuando Joumana explica cómo supaís tiene que decidir entre dos monstruos que lo gobiernan,(el autoritarismo o la democracia corrupta) uno se pregunta si suinterpretación de la realidad no se refiere a cualquier lugarde la Tierra. Dice de sus compatriotas libaneses que son“los héroes de la negación”, unaacepción que describe a muchas sociedades del mundo envías de desarrollo.
Ha pasado del entusiasmo al escepticismo con las revoluciones enEgipto y Túnez porque no entiende la búsqueda dedemocracia si eso no incluye el respeto a los derechos de lasmujeres, “y las propias mujeres caen en la trampa devictimizarse y no hacer lo suficiente para emanciparse. Cuando sehabla de libertad, la gente piensa que es algo que conseguimos y yaestá. No es así. La libertad y la dignidad son una guerradiaria, porque cada día hay tentaciones de negociar con esalibertad.”
De niña, Joumana fue salvada por la literatura. Sabe bienque hay palabras que abren puertas y otras que por no nombrarlas,desaparecen. También sabe que hay palabras que es mejoraprender a decir. Las más importantes son tres y la primera deellas, NO. “Hay mucha gente que no tiene el valor de decirNO. Hacen su vida viviendo la vida de otros. Eso es muy triste,porque hay sólo una vida y tenemos el derecho de vivirla condignidad, siendo verdaderos con los otros y con nosotros. Las otrasson TE AMO, dos palabras que necesitamos decir mucho más. Nosólo a la gente que conocemos, sino también a quienes noconocemos y que necesitan de esas palabras para seguir viviendo condignidad.”
LIBROS QUE SE SALVAN VIDAS
En sus libros, conferencias y artículos, Joumana Haddadpone la lupa en los malentendidos que tenemos como sociedad entorno a las mujeres. Para ello, recupera dos figuras de laliteratura antigua. Una a la que hay que asesinar y trascender:Sherezada, esa mujer inteligente que prefirió negociar por suderecho a vivir en vez de ejecutar un acto de rebelión. Laotra, a quien hay que recuperar, es Lilith, la primera mujer de lacreación, quien prefirió no negociar ni someterse a lavoluntad de Adán, por lo que pagó el precio de abandonarel paraíso, pero ganó la libertad absoluta eirreductible.
En su trilogía Yo maté a Sherezade (Random House,2011), Superman es árabe (Vaso Roto, 2014) y El tercer sexo(por publicarse en español), Joumana comparte la furia que leprovocan esos “inventos desastrosos” que han sumido ala mujer en los lugares comunes que la asfixian: el temor a dios yla religión, la monogamia del matrimonio, la inseguridadviolenta de los machos y los clichés de Occidente respecto ala mujer árabe. En esos libros, Joumana reúneconfesiones, crónica y poesía para compartir una miradaque abre ventanas insólitas, porque utiliza la sinceridadprofunda para ver más allá de los estereotipos yprejuicios con que entendemos nuestra realidad.
Además de esos tres ensayos, en México estándisponibles cuatro de sus libros, publicados por la Editorial VasoRoto. Uno es Espejos de las fugaces (2010), donde conjura laspalabras para enfrentar el fantasma del suicidio que pesa sobre sufamilia: cuando tenía siete años, encontró a suabuela muerta, envenenada por su propia mano; mientrasescribía el libro, una de sus tías se suicidó. Através de sus versos, Joumana nos conduce de supercepción de la muerte a la interpretación de lasintenciones de otras poetas suicidas, como Alfonsina Storni, MarinaTsvietaieva, Sylvia Plath o Ingeborg Bachmann.
Los amantes deberían llevar solo mocasines (2011) es uncuento erótico escrito desde una libertad y audaciaabsolutamente femeninas, en una edición que incluyeilustraciones de José Luis Cuevas; por otro lado, el libropara niños Las siete vidas de Luca (2011), ilustrado porTamara Villoslada, recurre a la mirada de un niño que naceseis veces convertido en seis seres distintos para hablar de seisdesastres naturales causados por el hombre.
Su libro más reciente publicado en español es Jaulas(2016), una pieza teatral que enfrenta en escena a un hombre concuatro estereotipos que son vehículos para el sometimiento dela mujer: una solterona, una prostituta, una musulmana ortodoxa yuna joven gorda. La edición en español del libro acaba derecibir el premio Latino Book Awards en la categoría de mostinspirational works of fiction.
ÉL DICE QUE ELLA DICE
Poema incluido en Superman es árabe. Acerca de dios, elmatrimonio, los machos y otros inventos desastrosos (Vaso Roto,2014)
Las mujeres deben cocinar, dice él.
Lo que cocinamos es tu carne, dice ella.
Las mujeres son engendros del infierno, dice él.
Bien, así estás advertido, dice ella.
En las mujeres no se puede confiar, dice él.
Luego me lo agradecerás, dice ella.
Las mujeres deben obedecer a los hombres, dice él.
Luego ponte de rodillas y ruega que me quite la ropa, diceella.
Las mujeres hablan demasiado, dice él.
Cállate y hazme el amor, dice ella.
Las mujeres existen para complacer a sus amantes, diceél.
Dame las gracias y lo pensaré, dice ella.
Las mujeres se enamoran fácilmente, dice él.
¿Cómo dijiste que te llamas?, dice ella.
Las mujeres sólo piensan en casarse, dice él.
No te pongas tenso, dice ella.
Las mujeres no saben manejar, dice él.
Recuérdalo cuanto te arrolle, dice ella.
A las mujeres no les importa el tamaño, dice él.
Espero que no te lo creas, dice ella.
Las mujeres deben ser azotadas cuando se portan mal, diceél.
¿A qué esperas?, dice ella.
Las mujeres debe ser atadas, dice él.
¿Dónde está la cuerda?, dice ella.
A las mujeres no les enrollan los rollos de una noche,dice él.
Repítelo mañana cuando me haya ido, dice ella.
No esperes que me quede, dice él.
¿Me lo prometes?, dice ella.