La historia de una niña de 8 años que desea convertirse en futbolista podrá verse en “Emma”, una película mexicana infantil dirigida por Julio Bárcenas y escrita por Adriana Pelusi, en la que además de hablar sobre la importancia de creer en uno mismo, rompe con los estereotipos de género.
“Romper esas prácticas e ideas que nos han sembrado desde pequeñitos era algo muy importante para nosotros, sobre todo teniendo a una heroína como Emma que es capaz de luchar por sus propios intereses, sueños e ideales y perseguirlos hasta el final”, asevera el director sobre este filme, que ya se encuentra disponible en la cartelera de Cinépolis y Cinépolis Klic.
Aunque la cinta permite generar una reflexión sobre la equidad de género, en entrevista con Diario de Querétaro el cineasta confiesa que al inicio el objetivo del proyecto era otro.
“Pensábamos en la libertad de expresión, de pensamiento, del destino que uno busca (…) teníamos el compromiso de poder sembrar ciertos valores humanos a través de esta historia como el respeto y la fe, pero la fe en una reinterpretación más humanista en la que se promueve creer ciegamente en uno mismo y en el equipo y en los amigos y en generar comunidad a partir de ahí”, asiente.
Afortunadamente, dice el realizador, el estreno de la cinta coincide con un momento histórico crucial, donde se ponen en duda todas las ideas y expectativas sociales que existen sobre las mujeres y los hombres.
Y es que cuando el guión llegó a sus manos, recuerda que no se hablaba de una liga oficial de futbol femenil mexicana, y era poco lo que se decía sobre la situación de este sector en diferentes ámbitos de la sociedad.
“Así que lo que hicimos es una consecuencia natural de la evolución ideológica que hemos tenido [a nivel colectivo], como romper con esos estereotipos arcaicos en donde habíamos encasillado ciertas actividades, como el futbol, solo para varones”, añade.
Además, asevera que como padre de dos pequeñas lo que más quiere en este momento es que las niñas “no tengan límites y que lo que quieran y se propongan lo puedan lograr”, y eso va de la mano con su labor como cineasta.
Más cine para las infancias mexicanas
Desde siempre a Julio Bárcenas le ha interesado el cine infantil y es que para el realizador “ahí es donde está la génesis del gusto por el cine”.
Sin embargo, asegura que la categoría “cine para niños” no es tan atinada, porque “ de entrada, los niños nunca van solos al cine, siempre nos arrastran con ellos”, dice entre risas.
Así que, lo que él hace es más bien cine para toda la familia y la temáticas se enfocan en las preocupaciones, gustos y realidades de las y los niños mexicanos.
“Es importante atender a este público, es un público muy inteligente, no hay que desvalorarlo; lo hemos tenido un poco abandonado y dejado en manos de trasnacionales y empresas creadoras de contenido audiovisual que se especializan en niños, que hacen productos más homogéneos y piensan en un público en masa”, lamenta.
Por ello, el también productor y asistente de dirección, decidió que su ópera prima como director iba ser “Emma”; una película apoyada por el Instituto Mexicano de Cinematografía (IMCINE) cuya protagonista es una niña y se desenvuelve en un contexto local.
Antes de que pudiera llegar a la pantalla grande, relata que la cinta se movió por un circuito internacional de festivales, en el que se hizo acreedora de importantes reconocimientos como el premio a la Mejor Película Familiar e Infantil en el Festival Internacional de Culto de Calcuta (CICFF).
Fue un largo camino, “desde conseguir que la industria creyera en nosotros para obtener el financiamiento completo, hasta lograr convencer a un equipo real de futbol, un club profesional, y que se sumara también a la película. Y fue muy complicado porque el mundo del futbol al final del día es otro mundo… su negocio no son las películas sino es otro que es el deporte”, cuenta.
Detalla que la idea original era grabar con el equipo de Cruz Azul y posteriormente intentaron con los Gallos Blancos, hasta que consiguieron que Los Monarcas se interesaran en la propuesta.
“La verdad fue una gran experiencia, ya que [se sumaron] con su propio estadio, su propia porra y su propia difusión televisiva; eso nos dio ciertas facilidades para poder filmar la película de una manera más cómica, a parte de imprimirle el sello de que es un filme que sucede en la provincia mexicana”, apunta.