Mañana el Teatro Metropolitano se engalanará con dos piezas clásicas que sonarán de la mano de la Orquesta Filarmónica del Estado de Querétaro (OFEQ), se trata de el bolero de Maurice Ravel y la Sinfonía No. 5 en re menor de Dmitri Shostakóvich.
Para abundar en los momentos históricos de estas composiciones, Alonso Hernández, colaborador de la OFEQ explicó que la melodía de el Bolero está inspirada en una danza española, que se va alternando entre los diferentes instrumentos de aliento de la orquesta, para luego dar paso a “ingeniosas combinaciones”.
“Maurice Ravel escribió su Bolero en 1928, lo estrenó ese mismo año en el fastuoso Teatro de la Ópera Garnier de París. La obra fue compuesta por encargo de Ida Rubinstein, bailarina adinerada que para realizar sus producciones se rodeaba de los mejores compositores del momento. El pulso de la obra se fundamenta en la tarola”, detalló haciendo referencia al icónico sonido “tan taca tatan tan tan”.
Asimismo destacó que el solo de trombón es tan delicado y técnicamente complicado que es un repertorio utilizado para las audiciones para ingresar a una orquesta.
Con respecto a la Sinfonía No. 5 en re menor de Dmitri Shostakóvich señaló que la obra que consta de cuatro movimientos fue escrita entre abril y julio de 1937, y se estrenó en noviembre el mismo año en la entonces ciudad de Leningrado que es San Petersburgo. Al año siguiente se estrenó en Moscú y en Nueva York y de ahí se convirtió en una obra icónica del compositor.
“Shostakóvich se refiere a esta sinfonía como la respuesta de un artista soviético a una crítica justa, esto para aplacar la ira de Stalin por la controversia política oficialista que detonó el compositor, a raíz del estreno de su ópera Lady Macbeth y por lo mismo, la cancelación del estreno de su cuarta sinfonía”.
Finalmente exaltó las particularidades de la obra que son la ausencia de los instrumentos de aliento metal en el tercer movimiento y en la potente entrada de los timbales en el inicio del cuarto.