El sobrio edificio actualmente es ocupado por el Ejercito mexicano desde que por Decreto Presidencial publicado en el Diario Oficial de la Federación el 6 de agosto de 1986, “se destinó al servicio de la Secretaría de la Defensa Nacional…” el cual se encargó de aplicar un amplio proyecto de remozamiento ya que se encontraba en ruinas debido a los constantes saqueos y excavaciones en busca de tesoros; concluyendo dichos trabajos en marzo de 1992 “los cuales dieron a la ex hacienda la fisonomía con la que se le conoce”.
Una gran historia se teje alrededor de este bello monumento arquitectónico con antecedentes que datan del siglo XVI, al pertenecer al Mayorazgo de la Llave, así como de sus dueños, desde don Juan Jaramillo, doña Beatriz de Andrada hasta José María Gómez de Cervantes y Velasco, en 1856; fue propiedad después de don José María de Cervantes y Velasco Marqués de Salinas y Conde de Santiago quien vendió a don Francisco Iturbe en 1858, el cual fue conservado por su descendencia por unos setenta años.
“La familia Iturbe vivía en Paris viniendo por temporadas a México, por la época podemos entender la influencia neoclásica en la nueva construcción del casco de la finca, ya que el apoderado de los Iturbe, don Félix Cuevas demolió todo el antiguo edificio, la nueva construcción fue concluida en 1879”
El casco de la hacienda fue abandonado y dedicado para una escuela indigenista por muchos años; en 1982 se pretendió dedicar a un centro turístico, y finalmente se decidió que pasara a propiedad del Municipio de San Juan del Río.
Es parte de la historia que se encuentra escrita en una placa en el edificio que ocupa el Ejercito mexicano el cual ha dado acceso a locales y visitantes abriendo sus puertas en diferentes fechas, para conocer sus instalaciones.