/ martes 17 de agosto de 2021

Alberto Tarín, la reivindicación de los secundarios

La historia de la música está llena de secundarios que han merecido que los focos mediáticos los iluminaran con más fuerza. Ese es el caso de Alberto Tarín (Valencia, 1961), quien se embarcó en el New York Ska Jazz Ensemble, entre 2004 y 2018 tras su periplo en el grupo Seguridad Social. Una institución de la música popular internacional.

Su nombre no llena portadas pero su música, después de más de 30 años sobre los escenarios, lo cubre casi todo, desde el jazz al reggae, pasando por el funk, y partiendo del duro rock de sus inicios, Alberto Tarín es uno de los firmes valores que nos han acompañado durante décadas y ha tocado al lado de grandes músicos en todo el mundo.

Empezó su periplo con el grupo Seguridad Social participando en temas superpopulares como "Quiero tener tu presencia" o "Me siento bien", para luego participar en una banda en Estados Unidos, nada menos que 14 años. Con él hablamos porque presenta un disco de creación propia.

DISCO CON MUCHAS COLABORACIONES INTERNACIONALES.

¿Qué nos puede decir de sus sonidos de su nuevo propuesta, “Lovers Room”?.

-Es un disco artesanal con las sonoridades de los 70 a los 90, con muy poca electrónica. Es un puñado de canciones, cada cual con su propia personalidad, sobre el género afroamericano, soul, funk reggae, blues, tras una trayectoria larga en el rock y en la música jamaicana. En las canciones que he compuesto cuento las relaciones y sus diferentes estados entre dos personas.

¿Son todas composiciones propias?.

-Sí, son todas las canciones originales mías, excepto una que es una versión.

-El trabajo que presenta está lleno de colaboraciones internacionales… .

-Sí, contamos con la voz de Frankie McCoy, una cantante estadounidense aunque nacida en Alemania; con el batería de Michael Jackson, John Robinson; con el saxofonista de New York Ska Jazz Ensemble, Fred Reiter; con Payoh Soul Rebel, especialista en reggae, entre otros.

Tarín lleva más de tres décadas construyendo puentes con sonidos y músicos del otro lado del océano: por algo se embarcó en el New York Ska Jazz Ensemble, entre 2004 y 2018, recorriendo medio mundo.

¿Qué representó vivir una etapa tan larga con la New York Ska Jazz Ensemble?.

-Estar 14 años viviendo con músicos americanos y africanos es como un gran máster teórico y práctico. Te curte como músico y te da gran experiencia para afrontar retos futuros. Es difícil de explicar fue algo increíble. Precisamente esta experiencia me reforzó mi inglés y el disco que lanzo está todo en inglés salvo una canción.

¿Cuál era su aporte a la banda?.

-Participaba como guitarrista, como vocalista y también como compositor.

¿Cuántos discos salieron de la formación en esos años?.

-Grabé con esa formación un total de cuatro discos.

“PREFIERO LA COMPOSICIÓN PORQUE ES MÁS CREATIVA”.

¿Cuál de los festivales a los que acudieron se le quedó más marcado en la memoria?.

-Recuerdo especialmente un concierto que hicimos en Japón donde nos colocaron en una especie de marco, al fondo del cual se veía el monte Fuji. Fue muy emocionante y con un sabor muy especial.

¿Alguna anécdota de esos tiempos?.

-Estando en Suiza el batería del grupo se puso enfermo y tuvieron que ingresarlo. Estábamos de gira y los cuatro siguientes conciertos los hice yo tocando la batería. No me lo esperaba. Fue una experiencia que es difícil de explicar. Las canciones las conocía perfectamente, pero nunca lo había hecho. Tocaba entonces la batería en plan hobby, ahora ya me lo he tomado algo más en serio.

¿Cómo comenzó en la música?.

-A los 15 años me puse a estudiar y empecé a hacer música. Eso me llevó mucho tiempo, pero tenía muchas ganas, porque soy autodidacta. Luego, a los 20-21 años comencé a componer música para Televisión Española, concretamente para su centro Regional de Valencia. Hacía la música para programas, etc. Y comencé a trabajar como un obrero de la música pero, curiosamente, tengo el título de licenciado en Psicología.

-Además estuvo tocando en un grupo mítico de la década de los años 90 en España: Seguridad Social. ¿Qué recuerdos le trae?.

-Fue una etapa maravillosa. Tenía unos 29 años y coincidió la Exposición Universal en Sevilla; los Juegos Olímpicos de Barcelona… era el año 1992, y tras estos lugares, empalmábamos con verbenas por cientos pueblos y ciudades. Tengo que decir que, aunque me encanta el público de todas las localidades, especialmente del norte: País Vasco, Asturias… ese tipo de conciertos populares lo viven de una manera más intensa en la zona sur de España, en Málaga, en Cádiz, etc.

-Usted también ha compuesto discos en solitario como “Courage” (1997) y “Jazzin ’Reggae” (2002).¿Qué faceta le place más, la de intérprete o compositor?.

-Es complicado, porque tanto como cantante como de guitarrista he tenido que estudiar muy duro durante muchos años para conocer todas las facetas para, al final, poder elegir con qué me siento mejor. Me quedo con la composición porque es más creativa. Es un proceso en el que disfruto mucho. Porque cantar o tocar es más de disciplina, pero crear te sale más de dentro, es más emotivo.

-Cuéntenos cuándo piensa presentar su trabajo y si va a hacer alguna gira internacional… .

-Pensamos presentar el trabajo en otoño, cuando se relaje todo un poco, en cuatro grandes teatros de España y luego, si se puede, más adelante, en otros países.

-Para finalizar, tras una vida dedicada a la música, ¿hay algo que quiera mostrar con este trabajo?.

-Por una parte que sigo presente en ella, que he compuesto mucho durante la pandemia y quiero dejar un mensaje muy claro: demostrar que la guitarra eléctrica, aunque parece que ha muerto, sigue muy, muy viva.

Su nombre no llena portadas pero su música, después de más de 30 años sobre los escenarios, lo cubre casi todo, desde el jazz al reggae, pasando por el funk, y partiendo del duro rock de sus inicios, Alberto Tarín es uno de los firmes valores que nos han acompañado durante décadas y ha tocado al lado de grandes músicos en todo el mundo.

Empezó su periplo con el grupo Seguridad Social participando en temas superpopulares como "Quiero tener tu presencia" o "Me siento bien", para luego participar en una banda en Estados Unidos, nada menos que 14 años. Con él hablamos porque presenta un disco de creación propia.

DISCO CON MUCHAS COLABORACIONES INTERNACIONALES.

¿Qué nos puede decir de sus sonidos de su nuevo propuesta, “Lovers Room”?.

-Es un disco artesanal con las sonoridades de los 70 a los 90, con muy poca electrónica. Es un puñado de canciones, cada cual con su propia personalidad, sobre el género afroamericano, soul, funk reggae, blues, tras una trayectoria larga en el rock y en la música jamaicana. En las canciones que he compuesto cuento las relaciones y sus diferentes estados entre dos personas.

¿Son todas composiciones propias?.

-Sí, son todas las canciones originales mías, excepto una que es una versión.

-El trabajo que presenta está lleno de colaboraciones internacionales… .

-Sí, contamos con la voz de Frankie McCoy, una cantante estadounidense aunque nacida en Alemania; con el batería de Michael Jackson, John Robinson; con el saxofonista de New York Ska Jazz Ensemble, Fred Reiter; con Payoh Soul Rebel, especialista en reggae, entre otros.

Tarín lleva más de tres décadas construyendo puentes con sonidos y músicos del otro lado del océano: por algo se embarcó en el New York Ska Jazz Ensemble, entre 2004 y 2018, recorriendo medio mundo.

¿Qué representó vivir una etapa tan larga con la New York Ska Jazz Ensemble?.

-Estar 14 años viviendo con músicos americanos y africanos es como un gran máster teórico y práctico. Te curte como músico y te da gran experiencia para afrontar retos futuros. Es difícil de explicar fue algo increíble. Precisamente esta experiencia me reforzó mi inglés y el disco que lanzo está todo en inglés salvo una canción.

¿Cuál era su aporte a la banda?.

-Participaba como guitarrista, como vocalista y también como compositor.

¿Cuántos discos salieron de la formación en esos años?.

-Grabé con esa formación un total de cuatro discos.

“PREFIERO LA COMPOSICIÓN PORQUE ES MÁS CREATIVA”.

¿Cuál de los festivales a los que acudieron se le quedó más marcado en la memoria?.

-Recuerdo especialmente un concierto que hicimos en Japón donde nos colocaron en una especie de marco, al fondo del cual se veía el monte Fuji. Fue muy emocionante y con un sabor muy especial.

¿Alguna anécdota de esos tiempos?.

-Estando en Suiza el batería del grupo se puso enfermo y tuvieron que ingresarlo. Estábamos de gira y los cuatro siguientes conciertos los hice yo tocando la batería. No me lo esperaba. Fue una experiencia que es difícil de explicar. Las canciones las conocía perfectamente, pero nunca lo había hecho. Tocaba entonces la batería en plan hobby, ahora ya me lo he tomado algo más en serio.

¿Cómo comenzó en la música?.

-A los 15 años me puse a estudiar y empecé a hacer música. Eso me llevó mucho tiempo, pero tenía muchas ganas, porque soy autodidacta. Luego, a los 20-21 años comencé a componer música para Televisión Española, concretamente para su centro Regional de Valencia. Hacía la música para programas, etc. Y comencé a trabajar como un obrero de la música pero, curiosamente, tengo el título de licenciado en Psicología.

-Además estuvo tocando en un grupo mítico de la década de los años 90 en España: Seguridad Social. ¿Qué recuerdos le trae?.

-Fue una etapa maravillosa. Tenía unos 29 años y coincidió la Exposición Universal en Sevilla; los Juegos Olímpicos de Barcelona… era el año 1992, y tras estos lugares, empalmábamos con verbenas por cientos pueblos y ciudades. Tengo que decir que, aunque me encanta el público de todas las localidades, especialmente del norte: País Vasco, Asturias… ese tipo de conciertos populares lo viven de una manera más intensa en la zona sur de España, en Málaga, en Cádiz, etc.

-Usted también ha compuesto discos en solitario como “Courage” (1997) y “Jazzin ’Reggae” (2002).¿Qué faceta le place más, la de intérprete o compositor?.

-Es complicado, porque tanto como cantante como de guitarrista he tenido que estudiar muy duro durante muchos años para conocer todas las facetas para, al final, poder elegir con qué me siento mejor. Me quedo con la composición porque es más creativa. Es un proceso en el que disfruto mucho. Porque cantar o tocar es más de disciplina, pero crear te sale más de dentro, es más emotivo.

-Cuéntenos cuándo piensa presentar su trabajo y si va a hacer alguna gira internacional… .

-Pensamos presentar el trabajo en otoño, cuando se relaje todo un poco, en cuatro grandes teatros de España y luego, si se puede, más adelante, en otros países.

-Para finalizar, tras una vida dedicada a la música, ¿hay algo que quiera mostrar con este trabajo?.

-Por una parte que sigo presente en ella, que he compuesto mucho durante la pandemia y quiero dejar un mensaje muy claro: demostrar que la guitarra eléctrica, aunque parece que ha muerto, sigue muy, muy viva.

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