Los vinos rosados espumosos son conocidos como el champagne mexicano. Sin embargo, suelen ser los más olvidados dentro de la gama de vinos de mesa que existen en el mercado de acuerdo con la Sommelier de Freixenet México Mariana López Maldonado.
“La característica que más distingue los vinos rosados es su sencillez. Se prestan más para un público femenino, pues son vinos delicados y sutiles, pero al mismo tiempo son complejos”.
La mejor manera de abarcar el mundo del vino es probando los vinos rosados, ya que tienen lo mejor de dos mundos: la acidez de los vinos blancos y la frutalidad de los vinos tintos: “si empezamos con vinos rosados, aprenderemos a distinguir aromas y sabores básicos, para después pasar a los vinos blancos que son más complejos y de ahí el top que es el vino tinto”.
De acuerdo con Mariana, los vinos rosados son muy versátiles, podemos combinarlo con carnes rojas o con pescados más complejos, como el salmón o el atún, con postres o frutas, carnes frías o quesos curados y maduros.
“El mundo romántico del vino rosado se da en las burbujas, que son sutiles y delicadas, son vinos elegantes, a un buen precio, y vinos fáciles de tomar. Un regalo para el 14 de febrero perfecto y para fechas especiales”.