/ domingo 4 de diciembre de 2022

Michoacán te dejará maravillado con sus adornos navideños gigantes

Tradición con una peculiaridad muy especial que te dejará maravillado y con muchas ganas de regresar

Morelia Mich.- El estado de Michoacán mantiene como uno de sus principales atractivos durante la temporada invernal, la variedad de clima en sus diferentes regiones que va desde las temperaturas templadas y cálidas hasta que temperaturas bajo cero que prevalecen en las zonas serranas y la ribera lacustre.

Plazas y jardines de las ciudades más visitadas, como Morelia y Pátzcuaro, son adornadas con figuras monumentales en cuyo acabado la participación de los artesanos es fundamental.

En Pátzcuaro por ejemplo, es colocado año tras año, un nacimiento con figuras de más de dos metros hechas con artesanía de cada una de las regiones del estado.

Un elefante, un caballo y un camello de los Reyes Magos están hechos con bordados o tejidos de la región lacustre mientras un ángel con piezas de alfarería, son exhibidos en lugares públicos.

En Morelia, la Plaza Valladolid luce año tras año un árbol monumental lleno de luces, mientras que la Plaza de Armas es ambientada con pasajes sobre el nacimiento de Jesús.

Sin embargo, es en comunidades de la Meseta Purépecha donde la navidad adquiere otros matices.

Las tradiciones decembrinas en Michoacán poseen un toque de singularidad frente al resto del país, no solo por la concepción religiosa que originó la fusión de la cultura purépecha con la ibérica, sino además por la ancestral tradición artesanal del pueblo michoacano.

América aportó a la colonia europea la manera festiva de ver la vida y Vasco de Quiroga, el primer Obispo de Michoacán insistió en que las celebraciones se realizaran con aportaciones del común, a fin de que todos fueran partícipes.

En diversos pueblos de la Meseta Purépecha sobrevive la tradición de colocar una estrella en lo alto de un poste y encenderla por la noche para señalar los lugares donde se están organizando las fiestas.

Diversas comunidades han hecho suya la tradición cristiana, pero bajo conceptos muy particulares.

Por ejemplo, en Tarímbaro se realiza la fiesta del “Takari”, una tradición en la cual un grupo de danzantes realiza recolección de heno para elaborar el lecho del Niño Dios, bailando por las diversas calles del pueblo a lo largo de su recorrido.

Otra variante ocurre en Quinceo, un pueblito de Paracho, cerca de Uruapan, donde se efectúa la fiesta “Uarokua”, que centra su atención en la ceremonia que representa el momento en el que se corta el cordón umbilical al Niño Dios.

Por otra parte, durante la temporada navideña aún se preservan en Michoacán las figuras de diversos personajes que tienen a su cargo variadas funciones.

Destacan entre ellos los siguientes:

  1. “Huanánchechas” o responsables de mantener las tradiciones y quienes dado el momento eligen o fungen como “cargueros”.
  2. “Encendedoras”, que son el grupo de mujeres que tiene bajo su responsabilidad el cuidado de las velas de las iglesias.
  3. Danzantes. Todas las regiones michoacanas conceden gran importancia al folclor musical como parte de sus festividades. En ese sentido destacan los kúrpites en la zona de San Juan Nuevo, aledaña a Uruapan; “las huapanas” en Ihuatzio, cerca del Lago de Pátzcuaro, o los “turicha” en Quiroga.

Ni qué decir de las pastorelas y las posadas cuya realización siguen realizándose de la manera tradicional en la mayoría de los municipios michoacanos.

Gastronomía de fin de año en Michoacán

Al igual que en muchas otras regiones del país, en Michoacán tiene gran arraigo la preparación de ponches de frutas en donde destacan elementos como la caña, las guayabas y los tejocotes.

El pinole también forma parte de la gastronomía de la temporada, igual que los buñuelos y los “nacatamales” (una especie de tamales rectangulares y planos preparados con harina de maíz envuelta en hojas de plátano); las chápatas (tamales de chía o trigo) y los atoles de variados sabores.

Para los “aguinaldos”, o regalos que se dan a los participantes de las tradicionales posadas, igual que en todo el territorio nacional, se distribuyen productos de la temporada, como cacahuates, naranjas, cañas y tejocotes, pero además un elemento regional infaltable en algunas de las comunidades purépechas es el “ponteduro”: granos de maíz morado tostado y confitado con piloncillo que se distribuye en calidad de golosina.

Morelia Mich.- El estado de Michoacán mantiene como uno de sus principales atractivos durante la temporada invernal, la variedad de clima en sus diferentes regiones que va desde las temperaturas templadas y cálidas hasta que temperaturas bajo cero que prevalecen en las zonas serranas y la ribera lacustre.

Plazas y jardines de las ciudades más visitadas, como Morelia y Pátzcuaro, son adornadas con figuras monumentales en cuyo acabado la participación de los artesanos es fundamental.

En Pátzcuaro por ejemplo, es colocado año tras año, un nacimiento con figuras de más de dos metros hechas con artesanía de cada una de las regiones del estado.

Un elefante, un caballo y un camello de los Reyes Magos están hechos con bordados o tejidos de la región lacustre mientras un ángel con piezas de alfarería, son exhibidos en lugares públicos.

En Morelia, la Plaza Valladolid luce año tras año un árbol monumental lleno de luces, mientras que la Plaza de Armas es ambientada con pasajes sobre el nacimiento de Jesús.

Sin embargo, es en comunidades de la Meseta Purépecha donde la navidad adquiere otros matices.

Las tradiciones decembrinas en Michoacán poseen un toque de singularidad frente al resto del país, no solo por la concepción religiosa que originó la fusión de la cultura purépecha con la ibérica, sino además por la ancestral tradición artesanal del pueblo michoacano.

América aportó a la colonia europea la manera festiva de ver la vida y Vasco de Quiroga, el primer Obispo de Michoacán insistió en que las celebraciones se realizaran con aportaciones del común, a fin de que todos fueran partícipes.

En diversos pueblos de la Meseta Purépecha sobrevive la tradición de colocar una estrella en lo alto de un poste y encenderla por la noche para señalar los lugares donde se están organizando las fiestas.

Diversas comunidades han hecho suya la tradición cristiana, pero bajo conceptos muy particulares.

Por ejemplo, en Tarímbaro se realiza la fiesta del “Takari”, una tradición en la cual un grupo de danzantes realiza recolección de heno para elaborar el lecho del Niño Dios, bailando por las diversas calles del pueblo a lo largo de su recorrido.

Otra variante ocurre en Quinceo, un pueblito de Paracho, cerca de Uruapan, donde se efectúa la fiesta “Uarokua”, que centra su atención en la ceremonia que representa el momento en el que se corta el cordón umbilical al Niño Dios.

Por otra parte, durante la temporada navideña aún se preservan en Michoacán las figuras de diversos personajes que tienen a su cargo variadas funciones.

Destacan entre ellos los siguientes:

  1. “Huanánchechas” o responsables de mantener las tradiciones y quienes dado el momento eligen o fungen como “cargueros”.
  2. “Encendedoras”, que son el grupo de mujeres que tiene bajo su responsabilidad el cuidado de las velas de las iglesias.
  3. Danzantes. Todas las regiones michoacanas conceden gran importancia al folclor musical como parte de sus festividades. En ese sentido destacan los kúrpites en la zona de San Juan Nuevo, aledaña a Uruapan; “las huapanas” en Ihuatzio, cerca del Lago de Pátzcuaro, o los “turicha” en Quiroga.

Ni qué decir de las pastorelas y las posadas cuya realización siguen realizándose de la manera tradicional en la mayoría de los municipios michoacanos.

Gastronomía de fin de año en Michoacán

Al igual que en muchas otras regiones del país, en Michoacán tiene gran arraigo la preparación de ponches de frutas en donde destacan elementos como la caña, las guayabas y los tejocotes.

El pinole también forma parte de la gastronomía de la temporada, igual que los buñuelos y los “nacatamales” (una especie de tamales rectangulares y planos preparados con harina de maíz envuelta en hojas de plátano); las chápatas (tamales de chía o trigo) y los atoles de variados sabores.

Para los “aguinaldos”, o regalos que se dan a los participantes de las tradicionales posadas, igual que en todo el territorio nacional, se distribuyen productos de la temporada, como cacahuates, naranjas, cañas y tejocotes, pero además un elemento regional infaltable en algunas de las comunidades purépechas es el “ponteduro”: granos de maíz morado tostado y confitado con piloncillo que se distribuye en calidad de golosina.

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