Las luciérnagas, aunque muy conocidas, cada vez es más difícil verlas, existen alrededor de 2 mil especies de estos insectos o escarabajos al rededor del mundo, los cuales pertenecen a la familia de los “lampíridos”, insectos que viven en lugares cálidos y húmedos, dichas especies se encuentran en peligro como consecuencia de la pérdida de su hábitat natural, la contaminación lumínica y el uso de pesticidas, estas acciones humanas han generado que el hábitat y la población de estas especies haya disminuido drásticamente en los últimos años en todo el mundo.
Las luciérnagas viven la mayor parte del tiempo en estado larvario, debajo de la tierra para evitar a los depredadores, y producen su brillo solo en temporada de apareamiento, durante los meses más húmedos, y entre julio y agosto, los machos adultos vuelan emitiendo destellos, cada forma de brillar es una señal que les ayuda a encontrar posibles parejas, las hembras son muy selectivas, lo que provoca que el cortejo pueda duras horas, incluso días, posteriormente la hembra depositará los huevecillos en la tierra para dar paso a una nueva generación de luciérnagas.
Desafortunadamente en la actualidad para observar el espectáculo que es el cortejo de estos insectos, es necesario desplazarse hasta alguna reserva natural en donde se encargan de mantener el hábitat limpio y cuidado, y uno de los lugares que en los últimos años ha tomado fama, es el santuario de las luciérnagas en Tlaxcala, en donde se encuentran diferentes campamentos que ofrecen recorridos por el bosque para observar este espectáculo de una manera sana y responsable con el medio ambiente.
En Querétaro también contamos con reservas naturales en las que afortunadamente podemos observar este espectáculo, “Rancho Calixto” es una increíble y extensa reserva natural, en la que puedes caminar al anochecer entre los bosques húmedos de Amealco, únicamente con la luz de la luna, las estrellas y los destellos de las luciérnagas, que conforme avanza la noche pueden ser de mayor o menor intensidad, aún así, vale muchísimo la pena alejarte algunos días de la civilización y el bullicio de la ciudad para alojarse en una cabaña en una de las reservas más grandes y mejor cuidadas del estado, en donde también sedes disfrutar de buena comida y aprender más a cerca de la flora y fauna de nuestro estado.