“Mi hija vino a cambiar por completo nuestra vida”, nos comenta Sabina Vera Vargas, mamá de Jessica Daniela Sánchez Vera, quien cuenta con 29 años de edad, ella nació con Parálisis Cerebral Infantil (PCI) Discapacidad Severa; al principio, nos dice, fue muy difícil aceptar el diagnostico, “nos dio tanto miedo escucharlo, medicamente dijeron que Dany no viviría ni seis meses”, situación que, nos comparte, les generó emociones intensas, de mucho dolor, se enfrentaron a la incertidumbre sobre qué ocurriría más adelante, cómo la cuidarían, qué harían con ella, “eran tantas nuestras preguntas, sin respuesta”.
No ha sido fácil cuidar de nuestra hija con discapacidad severa –comenta- ella depende cien por ciento de nuestros cuidados (24/7), su alimentación es por sonda cada 3 horas, hay que cambiarle de pañal, cambiarla de postura constantemente, bañarla, hacerle curaciones, terapias, y conforme han pasado los años se han comprometido otros órganos importantes que han causado deterioro en su cuerpo por lo que su silla de ruedas ya no le sirve, ahora necesita una que se adapte a su anatomía.
Además de acudir constantemente a citas con diferentes especialistas, “hemos buscado la manera de adecuarnos a sus cambios para poder suplir sus necesidades básicas como son compra de medicamentos, pañales, toallitas húmedas, alimentación de calidad, gasas, material de curación, cambio de sonda de alimentación cada 3 meses; lamentablemente los gastos son muy elevados”.
Es un aspecto general de la vida que como mamá de una persona con discapacidad, Saby nos comparte; es una mujer de gran valor que ha sabido cómo enfrentar y resolver aspectos importantes en la vida de su hija; agradecida por el apoyo de su familia, y de su esposo Alejandro López Saavedra por seguir a su lado en este caminar ayudándole a cuidar a Dany con tanto amor –expresa- a su madre que a pesar de sus años sigue sin soltar su mano; sus hermanas, cuñadas, cuñados y amistades por estar en los momentos difíciles y nunca abandonarla, les expresa su sincero agradecimiento, su apoyo ha sido invaluable.
Dany, por su parte, nos dice, les ha demostrado día con día las ganas tan grandes de seguir viviendo, “le damos las gracias por enseñarnos a luchar y no rendirnos por lo que queremos y necesitamos”, es su más grande ejemplo de vida, por lo que se dice agradecida con Dios por permitirles tenerla a su lado, orgullosos de ella, porque, “a pesar de no poder hablar se da a entender, a pesar de no caminar aquí estamos para guiar tu silla de ruedas y llevarte a donde se pueda” a pesar de sus limitaciones, Dany siempre está feliz y con una gran y bella sonrisa.
“Las batallas más difíciles son las que tienen qué ver con la manera en que los demás perciben la discapacidad”, se tiene que dejar de poner etiquetas y aprender a mirar a los demás de otra forma; con la mirada de empatía y de inclusión, con la ilusión y esperanza de que todas las personas con discapacidad, tengan una mejor calidad de vida; concluyó.