Aprendiendo a poner límites, fue el tema del taller teórico vivencial que impartió la psicóloga clínica Rosa Elena Valencia García en la librería Confabulario, donde recordó a los asistentes que, los seres humanos nacemos sin límites, que podemos aprenderlos de nuestros padres, “si es que ellos tienen límites sanos”.
Desafortunadamente citó, “muchos de nosotros llegamos a la edad adulta con límites dañados, con profundas heridas emocionales y sin la posibilidad de poner en palabra lo que necesito y deseo”, e hizo referencia a la escritora Melody Beattie, quien afirma que nuestras fronteras son invisibles pero reales, y es entonces que nuestro límites son: mis pensamientos, mis emociones y sentimientos, mis decisiones, mis acciones, mi cuerpo y mis bienes materiales.
El poder establecer límites, comentó la también maestra en inteligencia emocional, “nos brinda un sentido claro de nosotros mismos y de los demás”; y comentó que el abuso sufrido en la infancia evita que las personas puedan vivirse plenamente; y que es a través del autoconocimiento que podemos tomar conciencia de nuestros recursos internos pudiendo establecer límites para salvaguardar nuestro bienestar, teniendo consciencia que en el límite crecemos porque en él está el amor, para mí y para los demás”.
Los límites surgen de un crecimiento interior a medida que aprendemos a valorarnos, a confiar y escucharnos y esto sólo es posible, si estamos dispuestos a abrirnos al autoconocimiento como un sentido de vida, concluyó.