Parafraseando a Rafael Vidac, la conferencista citó: No hay niño que requiera más atención que aquel que un día fuiste… recuérdalo, acógelo y sánalo; esto durante el desarrollo del tema “Rescatando a nuestro niño interior”, explicando ante la concurrencia que en psicología se refieren al niño interior como el núcleo del ser emocional, al que entre 7 y 8 años los padres forman su autoconcepto.
Es en dicha etapa, comentó, en la que se graban los cinco sentimientos básicos que son: miedo, alegría, tristeza, enojo y afecto, que es desde donde el adulto va a reaccionar ante las circunstancias de la vida.
En todo adulto existe un niño interno herido, ya que dijo, si bien hubo momentos de risa y juego en esa etapa, también la condición de infancia nos expuso a situaciones de abuso, entendiendo por abuso el acto o acción que conlleva a la sana formación de un niño.
Hizo puntual explicación sobre el tema, y expuso la importancia de tomar conciencia de las heridas emocionales, atenderlas y sanarlas; “rescatar y sanar a nuestro niño interior es el mayor regalo que todo adulto puede hacerse, ya que de esta manera recordamos quienes somos originalmente, reconociendo que en nuestro niño interno radican la totalidad de nuestras potencialidades”.