Rosa Aguilar y su hija Cristina Hernández acudieron a la celebración del Día de la Candelaria con 5 figuras del Niño Dios, vestidas de blanco, como marca la iglesia y llenas de flores. Se dieron cita en el atrio de la Parroquia de San Juan Bautista, al igual que cientos de familias sanjuanenses que buscaban recibir la bendición a través del agua bendita.
"Somos creyentes y la tradición la iniciaron mis abuelitos, luego mis papás y ahora somos yo y mi hija quienes llevamos a cabo la bendición del Niño Dios. En nuestra familia tenemos mucha fe", son las palabras de Rosa Aguilar al describir como nació esta tradición que se celebra en toda la República Mexicana.
Su hija Cris, siempre ha sido la madrina de los 5 niños y explica que será la madrina toda la vida. Las madrinas se encargan de comprar los atuendos que usará el Niño Dios el Día de la Candelaria, deben vestir a la imagen, y llevarlos al templo para recibir su bendición, y en la mayoría de los casos, alojan al niño Dios en sus hogares. Pero de acuerdo con la enseñanza católica, la madrina está comprometida a transmitir la fe y preservar esta tradición.
"Desde chiquita me regalaron un niño Dios, y ahí comenzó la tradición para mí, y poco a poco se han sumado más, unos nos los han regalado, otros los adoptamos y otros los compramos. Año con año los hemos traído a bendecir. Los trajimos vestidos de blanco, porque representa la paz", explica Cristina Hernández al explicar cómo inició en este camino.
Los niños Dios que la familia posee son de diferentes tamaños. Todos vestidos de blanco como la recomendación que hizo la Parroquia de San Juan Bautista cuando hizo la convocatoria de los eventos para conmemorar la fecha. Dentro de su canasta, llevan muchas flores de colores.
"Las flores para nosotros son un adorno de alegría y como ofrenda al niño Dios, cuando se secan, las guardamos y cuando necesitamos alejar alguna tempestad en la familia, las quemamos para alejar lo que no es bueno. A la bendición del día de hoy también trajimos velas", explica Rosa Aguilar.
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Por la tarde, la familia Hernández Aguilar continúo con la tradición de hacer tamales para comerlos en su casa, acompañados de su familia, y vuelven a colocar al Niño Dios en su altar especial, en donde tiene su altar especial, ubicado en la sala, donde se colocan todas las figuras juntas.
"Me gustaría decirles a las familias sanjuanenses que no pierdan la fe, que estemos cerca de Dios y que estemos unidos con la Virgen María para que nunca nos falten sus bendiciones y como católicos encomendarnos antes de salir de casa, para regresar con bien y con nuestras familias", finalizó Cris.