La calle 2 de abril, en el centro de San Juan del Río, es uno de los lugares que aún guarda las principales tradiciones de Semana Santa como el Viacrucis. Una vez concluida la celebración religiosa, la familia Hernández Trejo, acostumbra regalar comida a los participantes y al público en general.
“Es una tradición de mi mamá Elena González Hernández. Ya tiene años haciéndolo, y participa mucha gente que apoya a mi mamá, tanto la familia, como sus comadres y las vecinas. Se da la cooperación y entre todos preparamos los platillos. Hoy dimos nopales, arroz, chiles y agua de sabor”, son las palabras de Enrique Hernández.
Al realizar esta tradición, participan todos los integrantes de la familia, tíos, sobrinos y nietos y todos coinciden en que se genera un sentimiento “bonito”.
“Es poco lo que damos, en comparación a lo que Dios nos da, nos llena de salud, trabajo y muchas cosas. Esta tradición nos la inculcó mi mamá. Tenemos muchos años haciéndolo y siempre invitamos a que venga la gente porque todo está bien rico”: Rubí Hernández.
Para esta ocasión realizaron 3 ollas de agua, 2 de nopales, 2 de arroz y 2 de frijoles
La matriarca de la familia, María Elena Trejo, confiesa que es una tradición que le inculcaron sus tatarabuelos y que en su familia se practica desde hace 35 años: “lo hacemos con el propósito de mandar muchas bendiciones para todos, y queremos que los nietos y bisnietos continúen con ella”.
La fila es larga, pero la comida es interminable. Todos comen sonrientes y disfrutan del agua fresca después de haber hecho el recorrido del Viacrucis. Debajo de un árbol se dan cita los vecinos para recibir la comida y alabar a la señora María Elena Trejo.
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“Ella es muy luchona y aunque no le den, ella siempre regala lo que tiene, por eso le tenemos mucho agradecimiento y cariño a Elena porque es muy buena persona, y Dios la ha fortalecido y la ha sacado adelante. Tenemos una fe muy grande por Dios aquí en la calle 2 de abril”, confiesa María Isabel López, vecina de la zona.