Acompañado por el P. Javier Bocanegra Morales, párroco de la Parroquia de San Juan Bautista y los Vicarios P. Luís Miguel Pintor y P. Ernesto Castro así como sacerdotes invitados, el Obispo de la Diócesis de Querétaro Faustino Armendáris Jiménez ofició la misa solemne en el Santuario Diocesano de Nuestra Señora de Guadalupe, donde se encuentra la venerada imagen que hace 70 años nuestros antepasados coronaron como Reina de San Juan del Río.
En su homilía Monseñor Faustino expuso ante la feligresía: con gran gozo nos reunimos en esta mañana para celebrar nuestra fe y honrar la memoria de Nuestra Señora, la Santísima Virgen María de Guadalupe, quien en su bendita imagen ha sido honrada con aurea-corona por el Exmo. Sr. Obispo don Marciano Tinajero y Estrada aquella mañana del 19 de enero de 1949, y a cuyos pies, el Exmo. Sr. Obispo de León, colocó el centro de mando sobre todos y cada uno de los fieles de esta noble ciudad de San Juan del Rio.
“El recuerdo de aquel día memorable se ha prolongado de generación tras generación a lo largo de esto años con la esperanza de que, hoy, cada uno de nosotros con viva fe y filial devoción nos veamos incrustados entre las hermosas piezas que adornan tan bella corona, y vamos a poner en sus manos el cetro que simboliza su autoridad y su señoría”.
El cetro, dijo, es un cetro de servicio, de cercanía, de búsqueda, de salida sobre todo de a aquellos que más necesitan de consuelo, de amor y de la esperanza, exhortando a los presentes a aprender a estar en camino para llegar ahí donde tenemos que estar al pie y de pie entre tantas vidas que han perdido la esperanza.
“Ni la corona ni el cetro tienen sentido sino seguimos el ejemplo de María que salió en búsqueda de los que más necesitan de la presencia de su hijo y llevarles, como lo hizo ella, como misioneros, la alegría de conocer a Jesucristo, la alegría del encuentro con Él.”
…Se entiende y justifica que nuestros padres hayan querido colocar una aurea-corona sobre esta bendita imagen y podernos preguntar cuántas bendiciones habrán recibido que les motivó a reconocer en ella, la bendita entre las mujeres, y honrarla con tan significativo acto.
Reconocer en María a la mujer que nos ofrece la salvación, no tener miedo de salir a mirar a los demás con una mirada, como Ella, que nos hace sentir amados, sabernos bajo la sombra y resguardo de María, recordar que es Ella la fuente de nuestra alegría y que estamos en el cruce de sus brazos, fueron otras de las recomendaciones del Sr. Obispo expuso en esta solemne ceremonia, que concluyó ayer con música de banda y quema de castillo.