Considero que ante la ola de violencia que se vive en nuestro país, como mexicana y como parte de esta sociedad, no puedo cerrar los ojos ni quedarme de brazos cruzados viendo cómo la violencia en sus diferentes formas, y en general, va en aumento; al saber sobre la iniciativa del movimiento “Un día sin mujeres” o también conocido como “El 9 nadie se mueve” reflexioné acerca de cómo sumarme a esta iniciativa; consideré trabajar desde mi casa para de alguna manera unirme al movimiento, aunque después se nos notificó que la Organización Editorial Mexicana, empresa a la que pertenezco, se unía a éste, y confirmé mi participación.
Mucho se ha opinado y especulado acerca del movimiento 9M, y en la manera en que muchas mujeres que han sufrido violencia, que han perdido a un miembro de su familia o conocido (a), especialmente mujeres, se han querido hacer escuchar manifestándose con actos que se consideran, también son violencia; en un principio opiné lo mismo en el entendido de que violencia genera violencia, pero gracias a Dios no he pasado por un dolor de esos, y pensando en quienes sí lo han sufrido, entonces, entendí la rabia de quienes buscan ser escuchadas pidiendo justicia, y pensando en, de qué sería capaz cualquier persona ante un suceso de esta magnitud, entendí su forma de manifestarse.
Por eso decidí unirme a este movimiento, desde esa perspectiva me solidarizo y me uno al grito de alto a la violencia hacia las mujeres, pero también: alto a la violencia en general, manifestándome en pro del respeto a la dignidad que como personas merecemos.