Octavio Cruz Reséndiz es originario de la comunidad de La Llave. Es estilista y diseñador de imagen, y tiene 43 años de dedicándose a este ámbito, todos los conocen en San Juan del Río y ha sido el estilista de algunas de las reinas de la feria.
Todo inició cuando de joven, encontró tres revistas de moda y las hojeaba muy seguido, y encontró un mundo nuevo, al cual quiso dedicarse. Fue entonces que a los 16 años se inscribió en una escuela de estilistas.
“Desde niño empecé a juntar dinero, y a los 17 años empecé a cortar el cabello en La Llave. Empecé comprando varias láminas de asbesto y un millar de tabiques, y con un amigo hice una pequeña construcción. Duré un año cortando el cabello ahí, y después decidí irme a San Juan. Llegué a la calle 16 de septiembre y ahí puse mi primer local, que gracias a Dios se llenó el primer día de clientas”.
Quienes recuerdan su historia, Octavio tuvo locales en Vicente Riva Palacio, en donde estuvo 17 años con el grupo de estilistas que maneja. De ahí se movió a Emilio Carranza, después a la calle de Matamoros y para terminar finalmente en el paso de los Guzmán.
Su trabajo con las reinas empezó en 1992, con el arreglo de Alicia Isolda Sánchez Díaz, quien fue la soberana ese año, y con el arreglo de Magdalena Marrufo Salazar, quien fuera reina en 1993.
“Yo sufría en las noches, pensando cómo las iba a arreglar. Principalmente, porque se hacían acompañar de un grupo de señoras con gustos especiales. Fueron las dos reinas con las que tuve un compromiso muy grande”.
Para el proceso de su arreglo, Octavio plática con la reina y trata de hacer una conexión. Siempre respeta la idea que tienen, y le sugiere que le puede quedar bien. Con las pruebas que se hacen, es cuando quedan convencidas.
“Siempre trató de respetar sus decisiones y de que se sienta cómoda. Tomó en cuenta la personalidad de ella. Hay mujeres muy bonitas que no necesitan mucho maquillaje. Siempre pregunto por el color del vestido y busco que haga contraste con la sombra de los ojos. A distancia se le deben de ver ciertas zonas con luz, y el rostro iluminado”.
El tiempo que tarda Octavio en el arreglo del maquillaje es de una hora 20 minutos. Para el peinado, Octavio cuenta con su personal, quienes lo apoyan con esa labor.
“El cabello recogido es importante para la corona. Hay que despejar el rostro. Dependiendo de la abundancia del cabello, se elige si usará extensiones. Muchas veces les pido en las pruebas, que traigan una blusa parecida al escote que va a llevar el vestido”.
El reto más importante al que se enfrenta es la familia, que a veces no respeta el gusto de la reina, sin embargo, Octavio se adapta y respeta las opiniones. Cuando se da cuenta de que las acompañantes llegan con ese perfil, se dirige a ellas.
De acuerdo con Octavio, la opinión general de como se ve la reina, siempre está dividida “para estos momentos en mi carrera, ya estoy acostumbrado y a veces me gusta. Disfruté los comentarios en las redes sociales y que hablen de mí. Yo respeto el trabajo de quien lo haga diferente y no tengo competencia con nadie. He marcado una historia en San Juan del Río en el mundo de la peluquería”.
La última reina que arregló fue Dyane I, la reina de la feria de este año. Adelantó que ya está pensando en cómo la arreglará para la coronación y los Juegos Florales Nacionales.
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“A todo lo que se dediquen hay que ponerle corazón. Si vendes tacos o una tienda de abarrotes, finge que eres feliz, y después se volverá un hábito. Este es un pueblo lleno de bendiciones. No me canso de agradecer la abundancia, y los invitó a que aprovechemos, porque si no, le dejamos la oportunidad a otros”.