Quien fuera muy estimado entre los fieles católicos sanjuanenses, el P. Francisco Echevarría Casillas, originario de Durango y con más de 30 años de presencia y trabajo en esta ciudad, murió la madrugada del pasado martes, motivo por el que varias personas estuvieron haciendo acto de presencia y oración en la Capilla de la Casa de Oración de los padres josefinos donde se llevaron a cabo misas de cuerpo presente.
Durante la misa de ayer al medio día se contó con la presencia del Padre Superior General Gerardo Maya González, así como del Pbro. Jesús Ebodio Flores Malagón provincial de México y el Pbro. Gabriel Rodríguez Celis provincial de Centroamérica, además de Monseñor Hermenegildo Ramírez, el Pbro. Francisco Javier Hernández, entre otros sacerdotes josefinos de distintos apostolados, colegios, misiones y parroquias que concelebraron la misa ante la asistencia de decenas de fieles que oraron por el eterno descanso del Pbro. Panchito, quien ha dejado el recuerdo de quien se caracterizó por su sencillez, su alegría, perseverancia y vida cristiana, “enamorado de Jesús”, como él decía, quien dedicó varios años a visitar a los enfermos, llevarles consuelo y los sacramentos.
La historia del P. Panchito se escribió entre grandes experiencias y enseñanzas, dedicó 91 años a la vida consagrada, ingresó al seminario a los 11 años de edad, y a los 16 fue enviado a Roma donde estudió teología logrando el grado de Doctor en Filsofía, fue en el año 1932 fue ordenado sacerdote y a los dos años fue enviado a El Salvador donde estuvo durante 6 años y donde fundó parroquias y un colegio.
La vida del P. Panchito se volvió intensa en las parroquias y en 1987 llega a San Juan del Río, donde se quedó hasta su muerte ocurrida la madrugada del martes pasado donde fue velado y muy visitado por varios feligreses que acudieron a darle el último adiós.
Cabe mencionar que esta mañana, sus cenizas serán llevadas a la Casa Madre de los Misioneros Josefinos, donde fue fundad esta Congregación: La Parroquia de la Sagrada Familia en la Colonia Sana María la Rivera, de la ciudad de México, donde se llevarán a cabo las exequias y el depósito de sus cenizas en la Capilla de la Resurrección. ¡En paz descanse!