La ropa de segunda mano es un concepto que se ha puesto de moda desde el 2009. Con la llegada de la pandemia se ha acelerado la economía circular y con ello las personas buscan productos de calidad a bajo costo, como la ropa de segunda mano.
Second chance collection es una marca sanjuanense cuyo propósito es ofrecer ropa de segunda mano a través de prendas atemporales, piezas que no pasaran de moda y que servirán hasta que la prenda se desgaste.
“La ropa pasa por un proceso de elección, en ocasiones se le hace una curación, como cambiar el cierre o poner un botón, después se lava, se plancha, se toma la fotografía, y si la prenda te gusta es toda tuya” comenta Erika Garfias quien dedica su tiempo libre a la elección de prendas de segunda mano que son desechadas por los grandes almacenes.
“La idea es reducir el impacto o la huella de carbono que cada uno de nosotros producimos al momento de consumir. Las marcas comerciales consideradas como fast fashion desechan las prendas rápidamente. La ropa en tendencia cambia cada dos semanas y la que no se consume termina en los botaderos, en un bazar o en las pacas. Al comprar la prenda en una tienda como second chance la prenda nunca va a pasar de moda, porque tiene colores y cortes favorecedores y un estilo que es atemporal”.
Diferencia entre fast fashion vs second chance
Una prenda puede tener una larga vida. La ropa de segunda mano ayuda al planeta pues la industria de la moda es considerada de las más contaminantes del mundo, la segunda después de los plásticos. Consumir este tipo de moda, ayuda al comercio local y le da una segunda oportunidad a la prenda, qué si no se compra, terminara en la basura.
“Comprar ropa de segunda mano no es comprar ropa fea, ni sucia, ni ropa del difunto como se cree gracias a los mitos que existen. Tampoco te salen ronchas si te la pones. En Second chance collection la ropa está completamente limpia y hasta más limpia que en un almacén, donde diferentes personas han tocado la prenda y se la han probado. La gente asume que por tener etiqueta es nuevo y no, tiene los mismos gérmenes o hasta más de las prendas que puedes encontrar en un bazar”.
Finalmente, el costo de una pieza de bazar puede estar, hasta 60% debajo de su precio regular, es decir en un precio más justo: “tomemos como ejemplo un abrigo en época otoño - invierno que regularmente lo encontrarías entre $2,800 y $3,500. En una tienda de segunda mano lo puedes encontrar en 300 pesos”.
Para Erika Garfias este movimiento está creciendo pues la gente es más consiente del impacto que tenemos con el medio ambiente, aunado a que las prendas son elegidas por una persona pensando en otra, para ofrecer algo bonito y con estilo. Puedes seguir su cuenta en Instagram como: _secondchancecollection