Fieles católicos fueron partícipes de la celebración religiosa del Domingo de Ramos, día que marca el inicio de Semana Santa en el que se conmemoró la entrada triunfal de Jesucristo en Jerusalén, quien fue recibido por una multitud que lo proclamó el Mesías, e Hijo de Dios, como se cita en el Evangelio de San Mateo.
En la Parroquia de San Juan Bautista y en el Santuario Guadalupano, en el centro de la ciudad, se estuvieron celebrando las misas durante el día, con la presencia del número de fieles permitido mientras que otros más, desde fuera, escucharon la ceremonia. La mayoría llevó consigo su respectiva palma y otros más, el cirio y agua, que al inicio de las celebraciones fueron bendecidas por cada sacerdote oficiante.
Se leyeron las lecturas de la procesión de las palmas y el Evangelio de la Pasión de Nuestro Señor, según San Marcos 1-39, sobre las que el P. Javier Bocanegra, párroco de la Parroquia San Juan Bautista, en su homilía, hizo referencia a las mismas, exhortando además a los fieles, en esta Semana Santa, a orar en casa, a tener momentos de silencio, a leer la Palabra de Dios y ponerla en práctica, meditar las palabras de Jesús, “que se note que la palabra de Dios es el centro de nuestra vida”, que hay generosidad y perdón, dijo a los fieles, entre otras cosas.
Fue un día durante el cual, los “tejedores de palmas” se situaron en los alrededores de los templos, expendiéndolas a los fieles, quienes a su vez, tuvieron oportunidad de recibir un frasquito con agua bendita y pan bendito en el atrio parroquial.
