Todos los días, desde hace 24 años, Lupita llega muy temprano a la Avenida Juárez, en el punto en el que se reúnen los voceadores para recibir su periódico. Su andar es pequeño pero constante. Utiliza un diablito como andadera, que ha adaptado con un banquito para guardar los periódicos del día.
Al caminar entre los puestos de periódicos, la gente la reconoce y la saluda. Es originaria de San Juan del Río, por lo que conoce bien el centro. Su padre originario de Paso de Mata, era Dolores Ordaz Romero, y su madre, originaria de Cerro Gordo, María Dolores Esiquia González. Cuando se casaron compraron una casa a una cuadra del mercado Juárez, en donde nació Lupita y 12 hermanos más. Actualmente, solo viven 4 de ellos, incluyéndola.
"Empecé en esto por necesidad. Mis sobrinos y mi hermana ya estaban metidos y me invitaron. Al principio me daba pena y ya después se me quito. Uno ya conoce a los clientes y ya sabe que se van a llevar".
Lupita recuerda que en ese entonces, San Juan del Río era muy tranquilo. Pasando la vía del tren no había nada. Alrededor del mercado Juárez había puros terrenos y magueyales. El pueblo era de la curva al centro,
"era chiquito, bonito, mi pueblito tranquilo, pero ya se vinieron las fábricas. Antes no había trabajo aquí, decían que nada más hasta Querétaro o hasta México, después se vinieron las fábricas y creció el pueblo".
SU HERMANA JUANA ORDAZ
Cuando llega a su habitual esquina, la gente la saluda, a veces le invitan el desayuno y platican con ella, sobre el "chisme del pueblo". Más tarde suele reunirse con su hermana, Juana Ordaz, quien también es voceadora y vende periódicos en la esquina de Riva Palacio y Avenida Juárez.
"Luego nos confunden, pero les digo que yo traigo el pelo cortito y mi hermana tiene el pelo larguito, y yo siempre traigo pantalón y ella usa falda, y luego me dicen, pero yo la vi allá, pero es mi hermana. Ella tiene como 30 años dedicándose a ser voceadora. En ese entonces se iba caminando hasta el pedregoso y vendía hasta 150 periódicos, cuando la gente todavía lo leía".
Lupita es viuda, y tiene un hijo muy enfermo que se llama Marcos. Es católica, porque así se lo enseñaron sus padres, y siempre agradece a Dios, por las bendiciones que recibe. Piensa que en estos tiempos, los candidatos políticos deberían de fijarse más en lo que necesitan las personas como ella o como los voceadores.
Lupita afirma que los compañeros que tienen su misma edad (74 años), le dicen que ya no compran el periódico porque ya no ven, al igual que ella "pero antes había personas que me compraban hasta tres periódicos, ahora me dicen, no señora, si ya ni veo para qué lo compro y la juventud ya no quiere leer".
➡️ Suscríbete a nuestro Newsletter y recibe las notas más relevantes en tu correo
Sin embargo, eso no desanima su andar diario, pues ser voceadora la mantiene feliz, "ahora ya no puedo estar en mi cuartito, me desespero, y por eso me salgo a la calle, y me distraigo trabajando como voceadora. Estoy contenta y mientras Dios me dé licencia, seguiré en esto".
DÍA DEL VOCEADOR
Desde 1955, cada 20 de abril se celebra el Día del Voceador, una fecha que fue instaurada por la Unión de Expendedores y Voceadores de Periódicos en México. El objetivo de dicha celebración es reconocer el trabajo de los hombres y las mujeres que brindan sus servicios a través de este noble oficio, que no solo informa a la ciudadanía, sino que constituye una parte muy importante para los medios impresos del país.