Entre las mujeres, madres guerreras que han enfrentado diferentes adversidades y se han convertido en ejemplo de vida, es Lourdes Navarrete Oropeza, ella es mamá de 4 hijos: Angelina, Juan José, Alondra y Constanza, y feliz abuela de Juan Andrés, Juan David y Franco, sus grandes amores.
Su mayor reto como mamá ha sido, nos comenta, precisamente aprender a serlo, el segundo, valorar la existencia de ese ser humano que Dios permite a tu lado para encaminarlo y guiarlo. Para ella las principales cualidades como mamá, es “que somos guerreras ante las adversidades y que amamos incondicionalmente a nuestros hijos”.
Uno de los importantes retos a los que Lulú se ha enfrentado, nos comparte, es enfrentar situaciones dolorosas como cuando su hijo sufrió un accidente “y que el médico te diga, lo único que le queda señora, es rezar; ahí aprendí que ese dolor que te provoca en el alma no tiene límites, así que desde entonces, soy una aliada incondicional con Dios por haberme permitido que él siga a nuestro lado, y esforzarme cada día más para poder guiarlos y amarlos, más ahora que tengo que enfrentar la difícil situación al haber perdido a mi compañero de vida y papá de mis hijos”. Ese camino, cita, tendré que enfrentarlo sola, “así como yo sé que hay muchas mujeres que tienen que caminar solo con la compañía de ellas mismas y de sus hijos”.
Situaciones que sin duda hacen de la mujer-madre, asimilar su propia grandeza, a ser resilientes al haber elegido sobreponerse ante las adversidades, aprender, sobreponerse y transformar el sufrimiento en aprendizaje para seguir adelante. Son admirables.