En estos momentos de pandemia, el arte, emocionalmente nos estás salvando, “nos ayuda a liberarnos, a despejar nuestra mente; está siendo una oportunidad”, así lo refiere Yolitzma Bustos al hablar sobre su experiencia como maestra de ballet clásico, quien para dar continuidad a sus clases, comenta “tuve que reinventarme, restaurarme e innovar, ver otras posibilidades”.
La tecnología ha sido la herramienta por medio de la cual es posible dar seguimiento a su clases, aunque para ella y sus alumnos también ha sido un trabajo constante de paciencia y de frustración a la tolerancia; mientras que para los padres de familia, ha significado adaptar espacios en casa, colocar barras portátiles, hay quienes pusieron el cortinero como barra para realizar los ejercicios, incluso adquirir algunos implementos. En el caso de la maestra, dice “la sala de mi casa se convirtió también en salón de ballet”.
Aunque la situación económica ha sido complicada, comenta Yolitzma, los papás se han sido muy buenos en el sentido del apoyo a sus hijos, se han sumado y comprometido, han hecho un esfuerzo para que sus niños, a pesar de estar en casa, sientan que tienen la disciplina del ballet conectándose vía zoom a su clase desde cualquier lado. Esta plataforma también le ha permitido traspasar fronteras al contar ahora con alumnos, además de nuestro estado, también de San Luis de la Paz, de Tamaulipas, incluso de Estados Unidos, con la participación de dos alumnas de New Jersy.
Aunque ha sido difícil y complejo, y lo pesado que es dar una clase virtual, a pesar de esto, comenta Yolitzma “lo he visto como una oportunidad”, y reitera la importancia del arte en estos momentos, la que, emocionalmente, reafirma, nos está salvando.