Definitivamente el Covid-19, sacó lo mejor y lo peor del ser humano, pero jóvenes como Juan Carlos Campos, empresario y economista de 31 años, experto en el mercado de capitales, retail, publicidad y marketing, vieron una excelente oportunidad de negocio en la plataforma más importante... el Instagram.
Aunque las campañas publicitarias ya existían en la red, él y su compañía JC Marketing, lograron profesionalizar los servicios de los generadores de contenido, sacando provecho de la fidelidad, credibilidad y comunicación con el público que ellos manejaban de forma clara y medible.
Fue así que la compañía vio la manera de profesionalizar la forma en que las marcas se pudieran sumar a estas plataformas para mostrar sus productos o servicios, dando excelentes resultados y un boom nunca antes visto en temas publicitarios.
La realidad es que Juan Carlos vio más allá en estos jóvenes que ya tenían acaparadas las redes sociales, pues logró que todo se hiciera de manera profesional y lo más importante la credibilidad entre las empresas para ofertar y promocionar los productos que estos ofrecían.
"Primeramente nos centramos en estudiar el objetivo o necesidad primaria, en conocer la historia, valores y finalmente buscar el influencer que mejor se adaptará a sus necesidades" reconoce Campos.
Fue así como el publicista logró construir relaciones que los afianzaron; dado a sus profundos conocimientos en marketing y publicidad, fueron buscando clientes en busca de publicidades por Internet, hasta consolidarse como una agencia de marketing digital, con un plus: especialistas en marketing de influencers.
Definitivamente estos chicos que tienen millones de seguidores, nunca imaginaron que podrían potencializar todo su trabajo, esfuerzo y arte en negocio, pues muchos comenzaron por ser populares en redes, monetizar sus videos e imágenes, pero jamás tener un buen cheque por campañas publicitarias donde marcas internacionales los contactaran para recomendar su producto.