Hace algunos años una de las carreras con más prestigio entre las jóvenes era la de “Secretaria”, donde distintas academias ofrecían sus servicios entre las señoritas que terminaban la secundaria y se matriculaban para lograr obtener su título como secretarias ejecutivas, bilingües y contador privado.
Era tan popular este oficio que incluso por los años 80 se popularizó la serie “Mi secretaria”, estelarizada por Lupita Lara, Pompin Iglesias, Zoila Quiñones, Maribel Fernández “La Pelangocha” César Bono y más actores de primer nivel, que llevaban a la pantalla chica las aventuras que ocurrían en la oficina.
El Día de la Secretaria en México tiene sus orígenes desde el 17 de julio de 1958, cuando María Luisa Rodríguez, presidenta de las Secretarias Ejecutivas de México, fue la iniciadora de esta festividad con el objetivo de reconocer esta labor, así como para incentivar la formación complementaria para escalar niveles o mantener la eficacia. En ese tiempo la actividad era exclusiva para mujeres, con los años varios hombres incursionaron a ser parte del secretariado.
En Querétaro existían varios colegios, institutos y academias donde se enseñaba a las jóvenes el arte del secretariado, como el Instituto “La Paz”, donde estaba la carrera de Comercio y las acreditaban como Secretarias y Contador Privado, el Instituto John F. Kennedy, que se encontraba en la calle de Ángela Peralta, donde había la carrera de Secretaria Bilingüe, el Instituto Comercial Femenino ubicado en la calle de Arteaga, el Instituto Issca, que comenzó sus actividades en la calle de Altamirano y otros tantos que enseñaban mecanografía, taquigrafía, lectura y redacción, como llevar una agenda, una oficina, hacer facturas, libros de contabilidad, inglés, entre muchas otras funciones que en un espacio de tres años que duraba la carrera, salían las jóvenes con la enseñanza técnica.
Las secretarias, que hasta fueron inspiración de varias canciones en la voz de Daniela Romo, el dueto Pimpinela y el grupo Mocedades, eran mujeres discretas, proactivas y muy organizadas, que además daban cierto estatus a sus contratantes por ser profesionales de basta experiencia y muy serviciales.
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Hoy en día el nombre de secretaria está en extinción, y ahora es más común llamarlas asistentes, pero sea cual sea el nombre, continúan siendo pieza fundamental en cualquier centro de trabajo, pues son quienes saben el teje y maneje de la oficina, expertas en la computadora, redes sociales, manejo de agenda, organizan prácticamente todo incluido los tiempos no solo laborales, también personales de sus jefes, a quienes les aligeran la carga de trabajo y en muchas ocasiones parecen leerles el pensamiento.
Por eso, hoy se reconoce toda esa labor organizacional y esa entrega a su trabajo ¡muchas felicidades!
