En esta época decembrina la flor simbólica sin duda es la Nochebuena, se le ha relacionado con la celebración del Nacimiento de Jesús, la flor que en la época prehispánica se otorgaba como trofeo en ceremoniales, a la que se le atribuyen usos medicinales; sus referencias más antiguas se encuentran en códices mexicanos que recopiló fray Bernardino de Sahagún; en náhuatl se le conoció con el nombre de “Cuetlaxochitl”, que significa: flor que se marchita.
Se dice que probablemente quienes retomaron el uso ceremonial de la Nochebuena, con el fin de la tarea evangelizadora fueron los franciscanos que estuvieron asentados en Taxco, Gro., al que se le considera, desde el punto de vista biocultural, el lugar central de la Nochebuena, aunque las principales entidades productores se citan: Morelos, Ciudad de México, Puebla, Michoacán, Estado de México y Jalisco.
Esta hermosa flor recobra importancia en esta temporada, es la que adorna nacimientos, con ella se forman árboles de navidad, se usa como adorno de mesa, o incluso es un buen obsequio en esta temporada en la que luce esplendorosa.