Gonzalo Vargas González, ex subdirector de Diario de Querétaro, falleció la noche del miércoles en la capital queretana a consecuencia del Covid-19, dejando un profundo dolor entre sus seres queridos.
Nacido en Irapuato, Guanajuato, pero queretano por adopción tras llegar a la ciudad en 1973 cuando lo llamaron para ser fotógrafo de Diario de Querétaro, Vargas González llegó a la editora que se volvió su segundo hogar, hasta que se jubiló en 2010.
En entrevista, su hija María Vargas Covarrubias platicó de los invaluables recuerdos y el legado que dejó a su paso por este mundo don Gonzalo a quienes sus amigos lo recuerdan como un gran amigo, ser humano y ejemplar profesional.
"Mi papá llegó a Querétaro en 1973, pues él era reportero en El Sol de Irapuato y le ofrecen venirse a esta ciudad como fotógrafo", relata.
Con pocos meses de casado con la señora Martha Catalina Covarrubias Martínez, el hijo del también periodista guanajuatense Gonzalo Vargas llegó al estado para tomar su puesto en las antiguas instalaciones de Mariano Escobedo #65 en el Centro Histórico, como fotógrafo.
Su aguerrido trabajo lo llevó a ir ascendiendo dentro del rotativo donde también se destacó como jefe de información, hasta que el señor Luis Amieva lo nombró subdirector, puesto donde dejó su esencia y profesionalismo para las generaciones futuras que aún lo recuerdan con gran cariño.
"Mi papá fue un hombre cariñoso, pendiente de la familia, recuerdo que en mi época de estudiante invitaba a mis compañeros de la escuela a la rotativa del periódico para ver su armado e impresión" recuerda María entre lágrimas.
Muchos periodistas de la vieja guardia tienen anécdotas con él, pues Gonzalo era un hombre que gustaba de aconsejar para redactar las notas; cuando los meritorios o ya profesionales se acercaban a él para pedirle el visto bueno, "el jefe" siempre tenía un buen consejo, una buena crítica y un mejor halago, pues como gran profesional sabía reconocer un buen trabajo y lo externaba.
Conocedor de todos los temas, incluso ya retirado, estaba al tanto del acontecer noticioso y un gran conversador que dio cátedra de lo que era un profesional de la redacción.
Fueron 38 años disfrutando ir diariamente a la redacción hasta que finalmente se retiró para disfrutar de la vida, de su familia con su esposa Martha con quien duró 47 años de casado y que por desgracia dejó este mundo el año pasado, con sus hijos María, Carlos Alberto y Gonzalo Manuel, sus 9 nietos y entrañables amigos que cosechó a lo largo de su vida, recordando con gran nostalgia sus épocas de gloria en su amado Diario de Querétaro.
Descanse en paz Gonzalo Vargas González.