En esta ocasión, la psicóloga y maestra en inteligencia emocional Rosa Elena Valencia García dedicó el tema del taller a sanar el vínculo con mamá, sobre el que citó a varios autores en especial recomendó la lectura del libro “Las 5 heridas que impiden ser uno mismo” autoría de Lise Bourbeau, y escuchar el cuento “Dónde están las monedas” de Joan Garriga.
Durante el desarrollo del tema, la psicóloga hizo referencia a Víctor Frankl, creador de la logoterapia, quien afirma que uno de los factores que impiden la realización del ser humano es la no aceptación del pasado, se refiere, dijo, a nuestra historia de vida, a nuestra infancia, al vínculo con la madre, que es, citó, el más importante porque se gesta desde el vientre materno.
Culturalmente, explicó, se espera que mamá sea la más tierna, trabajadora, incansable, incondicional, responsable, compasiva, etc., “es un mito que una madre sea perfecta porque antes de ser madre, hay un ser humano con una historia de vida, seguramente con heridas de la infancia” además de mencionar las heridas transgerenacionales; esas heridas, citó, influyen en la relación con los hijos.
El vínculo con mamá determina o marca nuestras futuras relaciones en las diferentes áreas de nuestra vida, por lo que explicó que como adultos nos corresponde responsabilizarnos y dejar de culpar, así es como empezamos a crecer. “La vida siempre tiene sentido aún en las circunstancias más dolorosas. Rechazar nuestra historia de vida nos entrampa en un sentimiento de dolor, sufrimiento y desolación”.
Recordó a la audiencia que los padres simbolizan la vida, por lo que, quien está peleado con sus padres está peleado con la vida y difícilmente podrá vivir en un estado de abundancia, es decir, en paz, con alegría, esperanza, fe; es importante saber que cada quien es valioso, que hay gente buena en la vida de cada quien, que Dios te lleva en la palma de su mano, comentó.
La vida está hacia adelante, “es el amor del presente lo que va a permitir curar las heridas del pasado”, abrazar, explicó, significa aceptar, por lo que exhortó a abrazar nuestra historia, a reconocer que los papás hicieron lo mejor que pudieron, “es lo que pudieron dar desde sus circunstancias” y reafirmó que a cada quien corresponde sanar sus heridas. Recordó también que somos seres tridimensionales: mente, cuerpo y espíritu, por lo que vamos más allá de nuestras circunstancias, y reiteró que es fundamental sanar el vínculo con nuestra madre.