Escritora Araceli Ardón, los mejores años de su vida los pasó en la Sierra Gorda

Queretana nacida en San Miguel de Allende, entre sus obras, ha dedicado a textos relacionados con este estado

Laura Olguín | El Sol de San Juan del Río

  · sábado 6 de junio de 2020

Foto: Archivo | El Sol de San Juan del Río

Licenciada en Ciencias de la Comunicación por el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey, Araceli Ardón editora y periodista quien tiene en su haber el premio nacional “Rosario Castellanos” que recibió en 1988, ha escrito libros como “El arzobispo de gorro azul”, y “Junípero Serra santo queretano, mallorquín y californiano” a los que hoy hacemos referencia.

Sobre el primer libro: Querétaro es una ciudad llena de magia. Sus calles antiguas guardan secretos celosamente transmitidos de generación en generación. Araceli Ardón ha atrapado al vuelo muchas de estas historias para hacerlas suyas. De largas conversaciones con amigos entrañables e infinidad de entrevistas, ha destilado parte de la esencia de su tierra.

Foto: Archivo | El Sol de San Juan del Río

Foto: Archivo | El Sol de San Juan del Río

En el Libo “El arzobispo de gorro azul” Araceli reunió una selección de cuentos relacionados con Querétaro, algunos de estos son basados en anécdotas reales, “por ellos destilan personajes variopintos de diferentes épocas y clases sociales de la vida queretana”.

Araceli Ardón dedicó también uno de sus textos, al misionero de la orden franciscana Fray Junípero Serra, fundador de las misiones en la Sierra Gorda Queretana entre otras más, sobre quien escribe “Pocos merecen tanto el título de santo como Juniper Serra. A medida que uno conoce su vida, aumenta la admiración hacia este hombre que nació dotado de una energía sobrenatural, una gran inteligencia y una entrega total al prójimo, siguiendo el llamado de su espíritu, tratando siempre de cumplir la Palabra de Dios”.

Entre otros temas, hace referencia a la primera biografía del fraile, a su infancia en Petra de Mallorca, España, a sus estudios de teología y filosofía, de su travesía de Palma a Cádiz, de Cádiz a Veracruz, su amor por la Guadalupana y la invitación a la Sierra Gorda describiendo su estancia y gran trabajo de evangelización y predicación, además de las misiones en Las Californias, que con su estilo propio Araceli Ardón va narrando y describiendo, haciendo amena la lectura y como ella misma citó, va creciendo la admiración hacia el misionero de la orden franciscana.