En cada parroquia de San Juan del Río, en la Misa de la Cena del Señor, el sacerdote realiza el Lavatorio de pies la tarde del Jueves Santo, y la Parroquia de Santo Domingo, no fue la excepción.
En la misa del jueves santo, el párroco Héctor Alvarado Reséndiz leyó el evangelio según San Juan, donde se relataron los momentos de la última cena del señor y como tomando Jesucristo tomó una toalla y un balde de agua, para lavar los pies de los discípulos.
“A Jesús siempre le cuestionaron cuál era el mandamiento más importante, y Jesús remarca el amar a Dios sobre todas las cosas y el amar al prójimo como a ti mismo. Y así nos amó Jesús, hasta el extremo. Esta ceremonia está cargada de muchos signos y así nos ama, realizando este signo de lavar los pies”.
Acto seguido, pidió a dos parejas voluntarias para realizar el lavatorio de pies, a los jóvenes que representaron el papel de los discípulos, y quienes iban vestidos con la tradicional túnica.
Junto con el padre, las parejas lavaron y besaron los pies de los jóvenes, mientras los fieles católicos miraban expectantes la representación de una de las escenas más importantes de la Semana Santa.
Al término de la misa, se colocaron cajas de pan en el altar y los jóvenes discípulos se pararon frente a las cajas, mientras el padre Héctor daba la bendición rociando con agua bendita las cajas, para después proceder a repartir el pan, en el atrio parroquial.
➡️ Suscríbete a nuestro Newsletter y recibe las notas más relevantes en tu correo
Este rito recuerda a los católicos, el testimonio que tuvo Jesucristo de la vocación al servicio hacia los demás como un gesto de amor, enseñando a sus discípulos humildad, servicio y perdón.