Teniendo como tema central las deliciosas sandias -como Martha Chapa con las manzanas- Obdulia Osornio Paz se ha inspirado en la fruta que contiene los colores de nuestra Bandera, el verde, blanco y rojo, que eligió para identificar y reconocer su trabajo en el arte de la pintura que inició hace 17 años, pintando bodegones de puras sandias.
“Como eran puras sandias, mi nieto Flavio Eduardo Vidales González que en ese entonces tenía 5 años (ahora por cumplir 22 y a poco de terminar su carrera en ingeniería) me dijo: abuelita, si vas a pintar puras sandías deberías hacer animalitos con las rebanadas de la sandía” comenta la Sra. Osornio, a quien sorprendió gratamente la sugerencia de su nieto quien además hizo varios dibujos de animalitos explicándole dónde y cómo iban a ir los colores de la sandía…
Durante tres años guardó esa idea de su nieto y cuando cumplió 8 años, quiso darle una sorpresa obsequiándole una pintura con ese tema, así nació el “Pezsandia”, aunque, menciona la Sra. Duly, “la sorpresa me la llevé yo, pues al ir avanzando en el lienzo… las personas que lo veían, quedaban asombradas, sorprendidas y maravilladas con esa idea”, a partir de entonces dejó la pintura realista; “seguí, sigo y seguiré con pintura para niños” basada en la deliciosa fruta; incluso por 5 años consecutivos exponía su obra en espacios de nuestra ciudad, en el marco del día del niño, lo que por cuestiones particulares, por ahora no puedo hacer.
De esas exposiciones de puros animalitos pintados con la sandía, menciona, surgió “Sandimania” que se integra por obras creadas para niños y niñas, que considera surrealistas: entre lo real y lo irreal, pues ambas cosas existen, la sandía y los animalitos, lo que no existe es que sean de sandía.
Para ella, cada pintura es diferente “es como una familia de muchos hermanos; los une algo entre todos pero a la vez, son diferentes y cada uno es único”. Actualmente serán unas 300 pinturas las que ha hecho con el tema de la sandía, aunque en general, cita unas 700 obras las que ha pintado, algunas mandadas a hacer, otras con idea propia incluida la de su nieto, aunque todas, llevan en algún espacio, aunque sea un trozo de sandía, además de que su firma va plasmada sobre una pequeña rebanadita de la deliciosa fruta de colores patrios.
