Cultura emprendedora | Cuando la ingeniería de un auto mata a las mujeres

Mariana Maya López* | Colaborador Diario de Querétaro

  · viernes 18 de marzo de 2022


Cuando leí que las mujeres tenemos el 17% más probabilidades de morir en un accidente automovilístico más que un hombre, o que tenemos el 47% más de sufrir lesiones graves, o el 71% más de sufrir lesiones moderadas, aun cuando los hombres son más propensos a verse involucrados, me interesó conocer las posibles causas.

La respuesta obvia podría ser que somos más “frágiles”, pero la verdad tiene implicaciones que involucran una visión diferente. Tiene que ver con el cómo se diseña el automóvil y también para quién se diseña.

Cuando una mujer quiere conducir el auto que usa normalmente un hombre, tiende a sentarse más adelante y debe estar más erguida para alcanzar a ver adecuadamente sobre el tablero, pero esta posición no es la posición del “asiento estándar”, por lo tanto se conduce “fuera de posición” y esta desviación simple, implica mayor riesgo de lesiones.

Los autos han sido diseñados usando maniquíes de prueba de choques de autos basados en el hombre “promedio”. Los famosos maniquíes de prueba de choque que hemos visto en innumerables pruebas tienen más de 70 años que se introdujeron por primera vez; el más utilizado mide 1,77 m de alto y pesa 76 kg (significativamente más alto y más pesado que una mujer promedio). En el 2011 EE.UU. comenzó a usar un maniquí femenino aunque solo se utilizan las medidas antropométicas y no considera masa muscular, columna vertebral o número de músculos que tienen una mujer a diferencia de un hombre y por lo tanto los resultados de las pruebas no son certeros.

Los diseñadores pueden creer que están haciendo productos para todos, pero en realidad los están haciendo principalmente para hombres; otro ejemplo: las mujeres tienen, en promedio, manos más pequeñas y los equipos como los teléfonos inteligentes siguen teniendo una talla única para todos. Los equipos se diseñan en torno a la mano masculina promedio como si una talla única para hombres fuera lo mismo que una talla única para todos.

Un último ejemplo, el software de reconocimiento de voz de Google tiene un 70% más de probabilidades de reconocer con precisión el habla masculina siendo que está destinado a disminuir las distracciones y hacer que la conducción sea más segura, pero pueden tener el efecto contrario en el caso de que lo utilice una mujer.

Claramente, es injusto que las mujeres paguen el mismo precio que los hombres por productos que brindan un servicio inferior y necesitaríamos repensar el diseño de los objetos para considerar los requerimientos de otros grupos de la población, no solo mujeres.


*Profesora de la Escuela de Arquitectura, Arte y Diseño, Tecnologico de Monterrey Campus Querétaro. mmaya@itesm.mx


TEMAS