Miriam Zainos Martínez es terapeuta holística y coaching de vida desde hace más de 12 años y a lo largo de su experiencia, ha sido invitada a celebrar bodas espirituales y algunas festividades como XV años, bodas de plata y cumpleaños.

“Esto surgió cuando empecé a dar el curso de milagros, y una de mis pacientes me dijo que se iba a casar y quería algo que simbolizará su unión. Empecé entonces a hacer las ceremonias espirituales, en donde se genera una energía muy especial”.

Para Miriam, en la ceremonia se cuenta la historia de la pareja, pero de manera muy íntima, a través de diversos rituales y con sus personas especiales. Regularmente, participan sus padres, familiares muy cercanos y amigos. Si la pareja ya tiene tiempo juntos, entonces participan sus hijos.

“En ocasiones las personas hacen su boda civil y religiosa, y añaden la espiritual. A veces la pareja solo quiere celebrar un compromiso de almas, y después tienen su fiesta. Mucho de lo que hacen las parejas se basa en lo que dictan las tradiciones, lo convencional y lo que la familia pide. Muchas veces son costumbres y creencias que vienen de la familia y que no se transmiten correctamente a la siguiente generación, y muchas veces no se sienten cómodos con eso”.

El rango de las personas que suelen acudir a Miriam, oscilan entre los 25 y los 35 años, y ella piensa que una parte esencial de que sean más los jóvenes los que la buscan, es que son rituales que simbolizan la unión, y no tienen nada que ver con el género o el sexo de una persona. En el ámbito popular, se les conoce como Anti Bodas.

“Los jóvenes regularmente son los que buscan una posibilidad diferente. Los rituales que hacemos reflejan la historia de la pareja y se invoca al amor universal. Una pareja que quiere hacer algo memorable, busca esta opción. Las ceremonias son muy emotivas, es una opción muy bonita y al ser personalizada siempre lo van a recordar”.

SÍMBOLOS DE LA UNIÓN

Lo primero que se Miriam Zainos hace, es una cita con la pareja, para conocer su historia, como se conocieron, si alguien importante intervino en la unión, y los momentos chuscos o desafiantes. Después se eligen los rituales que se llevarán a cabo y el lugar donde se hará la ceremonia, que generalmente se recomienda que sea en jardines o en lugares con contacto con la naturaleza.

“La ceremonia dura entre 50 minutos y una hora, se pueden realizar máximo tres rituales. Participan los papás, un tío, amigo o padrino que representan a los papás, en caso de ya no estar vivos, los hermanos, y sus amigos más cercanos. Se eligen dos o tres personas que dirán algunas palabras y si bien se puede hacer el mismo día de las otras ceremonias tradicionales, no se recomienda, ya que la familia tiene que estar en paz y en tranquilidad, para que puedan disfrutarla, pues es muy emotiva”.

Hay varios rituales que se pueden hacer, como la leyenda japonesa del hilo rojo, que cuenta que existe un hilo invisible con el que se unen las personas destinadas a encontrarse, el cual puede enredarse, extenderse, pero nunca romperse, y que se coloca en las manos de los contrayentes.

El ritual de la arena, en donde las parejas tienen arena de colores distintos, que representa a cada uno de ellos, y los valores que han cultivado, y que después se vierten en un recipiente de cristal, en donde una vez mezcladas las arenas, separarlas será casi imposible, con lo que también hace énfasis en que así debe ser el matrimonio, indivisible.

Esta el ritual de los listones (parecido al laso de la ceremonia religiosa), en donde las personas especiales de la pareja, atan un color de listón en sus manos entrelazadas, lo que representa la unión de sus almas y de dos fuerzas que se complementan, como el sol y la luna.

También se puede encender la velita del espíritu universal del amor, sembrar un árbol, o llenar una cajita de recuerdos, con fotos de momentos felices u objetos especiales, para que en los momentos difíciles la pareja la vea, y recuerde su afecto.

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“Los jóvenes, buscan esta alternativa sobre todo para encontrarse, reconectar con su paz y darse cuenta de que esa conexión puedas sentirla día a día, y tener esa confianza de que hay una fuerza mayor que te acompaña y está contigo. Cuando ya una pareja está en elección de unir sus vidas, es importante explorar las posibilidades que hay, y que se salen de lo tradicional”.

La terapeuta holística recomienda que si las parejas quieren unir sus vidas, que se den la oportunidad de hacer una cita y preguntar cuáles son las opciones que tienen, pues las ceremonias espirituales son un regalo del universo, del creador, o de la vida, y en ellas solo hay amor, gratitud, felicidad y hace el momento muy especial.

“La parte espiritual no tiene que ver con sexo, edad, profesión, raza o religión, es únicamente la esencia de la persona y expandir ese amor. Estas bodas son una opción donde no hay juicio ni cumplir un requisito, solo es celebrar esas dos almas y dos seres espirituales llenos de luz que están dando un paso adelante en la creación de sus vidas y es una alterativa para celebrar, compartir y recordar ese momento”.