Con la presencia de la feligresía católica, y como parte de las Fiestas del Pueblo, se llevó a cabo la bendición de las manzanas y el comienzo de la dormición de la Santísima Virgen María, una de las tradiciones más arraigadas de Tequisquiapan.
Durante la misa, el padre Everardo dirigió la oración principal de la celebración “bendito seas, señor nuestro y que todo lo llenas con tu bendición, dígnate conceder a estos servidores que al servirte son gratitud en estos bienes creados para ti, especialmente con etas manzanas que te presentamos en la conmemoración de Santa María de la Asunción”.
El párroco dio a conocer que la bendición de las manzanas se realiza desde los primeros siglos de la iglesia, y nos recuerdan a nuestros primeros padres Adán y Eva, y a Jesús, el nuevo Adán y María la nueva Eva, que fue preservada del mal.
Otra de las explicaciones que brindó, es que cuando la Virgen María quedó dormida en el cenáculo, comenzó a desprender un aroma a flores, muy parecido al que también desprenden las manzanas. Añadió que son fruto del trabajo y de la generosidad de los hombres que las llevaron para compartirlas, y para la iglesia, las manzanas simbolizan abundancia y salud.
El padre realizó la bendición de la imagen de la virgen, que se encuentra postrada en una cama, y que fue rodeada de guacales llenos de manzanas, que rocío con agua bendita mientras el coro interpretó una canción dedicada a la Virgen María.
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Al finalizar la misa, los devotos se acercaron al altar para que las religiosas les dieran algunas manzanas, que la gente cargo en bolsas, sombreros y con las manos, mientras se persignaban y salían de la parroquia.