/ jueves 15 de agosto de 2024

Rompe el silencio / Los jóvenes y la sensibilidad que perdemos al ser adultos

Por Psicól. Michelle Beltrán Castro


Considero que la población más vulnerable actualmente son los jóvenes; porque cuando se es joven, se experimentan muchos cambios físicos, psicológicos, emocionales y cabe mencionar que ha esta edad el cerebro aun no està totalmente desarrollado, es por ello que los jóvenes se encuentran vulnerables, porque se están en una constante estimulación por el entorno.

La etapa de la juventud es cuando se está más susceptible al consumo de sustancias licitas o ilícitas, a la violencia de género, a la discriminación, etc.; y es curioso, porque es esta misma población que se interesa y compromete con la esperanza de un cambio verdadero en la sociedad.

A los jóvenes se les exige tanto para que alcancen una madurez acelerada y tomen responsabilidades de adultos, que la sociedad de cierta manera los orilla a insensibilizarse. ¿Ustedes recuerdan cuando fueron jóvenes? Como nos importaba y verdaderamente nos enfrentábamos y tratábamos de resolver las problemáticas sociales relacionados con el medio ambiente, el maltrato animal, la desigualdad, etc. Teníamos una capacidad de empatizar con nuestro prójimo que incluso podíamos percibir tanto su dolor que lo podíamos hacer nuestro; y no nos vayamos muy lejos ustedes recuerdan como nos sentíamos superhéroes y queríamos resolver la vida de nuestros amigos, familiares y personas cercanas. Yo recuerdo haber llorado con mis amigas por las injusticias sociales, incluso recuerdo que planteábamos la posibilidad de cambiar al mundo, cambiar a la sociedad para que pudiéramos vivir en armonía con el medio ambiente y en donde todos pudiéramos convivir en paz, aceptándonos con todas las diferencias que con caracterizan a cada uno, en donde no hubiera estereotipos, ni prejuicios.

Los invito a reflexionar las problemáticas sociales que les interesaba cuando eran jóvenes, ¿Qué es lo que les hubiera gustado que cambiara? Y en que punto de nuestra vida dejamos de pensar o hacer algo para lograr ese cambio; ¿En qué momento dejé de ser sensible a mi entorno y a las personas que estaban en él?

Valoremos a nuestros jóvenes que esta etapa es pasajera; cuidemos sus emociones, sus ideales y hagámoslos nuestros. Juntos podemos lograr un cambio, volvamos a reconectarnos y sensibilizarnos.


Por Psicól. Michelle Beltrán Castro


Considero que la población más vulnerable actualmente son los jóvenes; porque cuando se es joven, se experimentan muchos cambios físicos, psicológicos, emocionales y cabe mencionar que ha esta edad el cerebro aun no està totalmente desarrollado, es por ello que los jóvenes se encuentran vulnerables, porque se están en una constante estimulación por el entorno.

La etapa de la juventud es cuando se está más susceptible al consumo de sustancias licitas o ilícitas, a la violencia de género, a la discriminación, etc.; y es curioso, porque es esta misma población que se interesa y compromete con la esperanza de un cambio verdadero en la sociedad.

A los jóvenes se les exige tanto para que alcancen una madurez acelerada y tomen responsabilidades de adultos, que la sociedad de cierta manera los orilla a insensibilizarse. ¿Ustedes recuerdan cuando fueron jóvenes? Como nos importaba y verdaderamente nos enfrentábamos y tratábamos de resolver las problemáticas sociales relacionados con el medio ambiente, el maltrato animal, la desigualdad, etc. Teníamos una capacidad de empatizar con nuestro prójimo que incluso podíamos percibir tanto su dolor que lo podíamos hacer nuestro; y no nos vayamos muy lejos ustedes recuerdan como nos sentíamos superhéroes y queríamos resolver la vida de nuestros amigos, familiares y personas cercanas. Yo recuerdo haber llorado con mis amigas por las injusticias sociales, incluso recuerdo que planteábamos la posibilidad de cambiar al mundo, cambiar a la sociedad para que pudiéramos vivir en armonía con el medio ambiente y en donde todos pudiéramos convivir en paz, aceptándonos con todas las diferencias que con caracterizan a cada uno, en donde no hubiera estereotipos, ni prejuicios.

Los invito a reflexionar las problemáticas sociales que les interesaba cuando eran jóvenes, ¿Qué es lo que les hubiera gustado que cambiara? Y en que punto de nuestra vida dejamos de pensar o hacer algo para lograr ese cambio; ¿En qué momento dejé de ser sensible a mi entorno y a las personas que estaban en él?

Valoremos a nuestros jóvenes que esta etapa es pasajera; cuidemos sus emociones, sus ideales y hagámoslos nuestros. Juntos podemos lograr un cambio, volvamos a reconectarnos y sensibilizarnos.