/ sábado 16 de noviembre de 2024

Lo que no nos define / El futuro fiscal

La reciente revisión de la calificación de la deuda soberana de México por parte de la agencia Moody's, que cambió su perspectiva de "estable" a "negativa", ha encendido las alarmas en los mercados financieros.

Si bien la calificación en sí no se ha modificado, el mensaje de la agencia es claro: México enfrenta riesgos significativos que podrían afectar su estabilidad económica en el futuro cercano, toda vez que el debilitamiento del marco institucional y la rigidez del gasto público complican la consolidación fiscal, advirtiendo sobre la creciente dificultad para asegurar la sostenibilidad de la deuda.

Aunque la Secretaría de Hacienda ha respondido a ello, señalando que este no implica necesariamente una rebaja en la calificación, las perspectivas de crecimiento del PIB para 2025, estimadas entre un 2% y un 3%, no parecen ser suficientes para mantener un equilibrio fiscal sostenible sin recurrir a mayores ajustes. Por otro lado, el gobierno insiste en que no habrá nuevos impuestos ni aumentos en los gravámenes existentes, lo que deja poco margen para hacer frente a los desafíos fiscales a largo plazo.

Asimismo, otro de los puntos más alarmantes en este contexto es la deuda con proveedores, que ha llegado a representar un 2% del PIB, equivalente a 28 mil millones de dólares. Esta deuda podría afectar no sólo la confianza de los mercados, sino también el clima de negocios en nuestro país.

A su vez, el Paquete, que incluye un presupuesto de ingresos estimado en 9 billones 302 mil millones de pesos, se presenta como un intento por garantizar la estabilidad fiscal, pero las proyecciones de endeudamiento neto, podrían agravar aún más la situación. Este endeudamiento previsto representa un riesgo latente, ya que si bien el gobierno federal parece estar apostando a un crecimiento económico sostenido para poder hacer frente a sus compromisos, las expectativas para el próximo año no son tan optimistas.

Sin duda, la modificación en la perspectiva de Moody's es un llamado de atención para el gobierno mexicano y para los inversionistas. Si bien la calificación en sí no se ha reducido, el cambio de perspectiva a negativa sugiere que la agencia ve un balance de riesgos cada vez más desfavorable. La incertidumbre sobre el Paquete Económico 2025, los retos fiscales y el crecimiento económico moderado podrían llevar a un ajuste en la calificación en los próximos meses, lo que pondría a México en una situación aún más complicada.

Este contexto sólo deja ver que la situación no pinta bien. Aunque el gobierno se esfuerza por presentar un panorama optimista, la realidad es que las presiones fiscales, el alto endeudamiento y las dificultades estructurales en el manejo de la deuda y el gasto público siguen siendo desafíos enormes. México deberá afrontar estos retos con decisiones políticas claras y un enfoque fiscal prudente, o de lo contrario, podría ver su espacio de maniobra fiscal seriamente reducido en los próximos años.

¿O será el futuro lo que no nos define?