La calificación que México obtuvo en la dimensión Digitalización del Índice de Políticas para PyMEs: América Latina y el Caribe 2024” publicado por la OCDE, refleja algunos esfuerzos en este rubro en los últimos años, como los relativos a los avances en la cobertura de Internet universal en poblados geográficamente remotos, así como la conectividad gratuita en plazas públicas, centros de salud, hospitales y escuelas, que si bien no han alcanzado su total realización, se encuentran en creciente desarrollo, impulsados particularmente por las autoridades municipales y estatales en varias entidades. Sin embargo, también evidencia que, a pesar de estos esfuerzos, aún hay mucho por hacer en cuanto a la transformación digital específicamente con enfoque a las PyMEs, ya que son un motor crucial para el desarrollo económico y social de nuestro país.
Uno de los retos pendientes y que aún persiste en este sector es la llamada brecha digital, especialmente en zonas rurales y remotas, donde muchas PyMEs no tienen acceso a Internet de alta velocidad ni a tecnología avanzada, algo necesario en este mundo multi conectado.
En este mismo sentido, tenemos que aceptar que muchos microempresarios aún muestran resistencia a adoptar estas tecnologías debido, principalmente, a la falta de conocimiento de las habilidades que requiere, miedo al cambio, y desde luego la incapacidad de invertir en el equipamiento y las herramientas digitales.
En diversas ocasiones hemos mencionado que las PyMEs carecen de los recursos financieros y humanos necesarios para implementar soluciones digitales avanzadas, lo que puede obstaculizar su competitividad, de ahí todo el trabajo que estamos realizando al respecto desde Coparmex, no sólo en Querétaro sino a nivel nacional. No obstante, importantes esfuerzos deberán hacerse para aumentar los programas de capacitación y equipamiento, especialmente en los negocios ubicados en zonas rurales o de difícil acceso.
Pero, ¿cuáles serían los beneficios de digitalizar a las PyMEs? Puede parecer obvia la respuesta, pero creo que es necesario recordarlo para enfocar nuestros esfuerzos (gobiernos y organismos empresariales) para lograrlo.
En primer lugar, considero que la digitalización es indispensable para la competitividad. Las PyMEs que automatizan sus procesos y mejoran su gestión de recursos aumentan, en consecuencia, su eficiencia operativa. A mayor eficiencia, los efectos de mejora se observan, por ejemplo, en la reducción de costos que permite una mejor oferta por precio entre sus competidores, o en el acceso a nuevas estrategias comerciales por internet. Por otro lado, nos ayuda a tomar mejores decisiones para nuestros negocios, pues nos permite recopilar y analizar datos, incluso en la nube, lo que nos ayuda a tener información precisa y actualizada. Recordemos que lo que no se mide no se puede mejorar.
Desde luego, no es “una varita mágica”. La digitalización de procesos en la empresa requiere de una profesional planeación, implantación, gestión de la ejecución, control, evaluación y mejora continua.
Hoy observamos que un porcentaje cada vez mayor de actividades diarias, de índole personal, familiar, comercial, educativo, entretenimiento, trámites burocráticos y un largo etcétera, se realizan desde aplicaciones digitales y por un extenso segmento de la población. No obstante, que todo el potencial que la era de la informática ofrece logre incrementar la competitividad y , por ende, el éxito financiero de las PyMes, requiere de visiones más amplias sobre el desarrollo económico y social, así como de políticas públicas que, en congruencia, se comprometan con la inversión en educación con enfoque a la adopción e innovación tecnológica…pero para ayer.
*Presidente de Coparmex-Querétaro