/ martes 4 de junio de 2024

La voz de la IP | La primera presidenta de México. Menos, más, menos


En un ejercicio democrático, el cual siempre hemos defendido, México eligió por primera vez a una mujer como presidenta de la República. Claudia Sheinbaum será nuestra mandataria a partir del próximo mes de octubre, tal como lo dicta la Ley.

Como ciudadana y líder empresarial, me siento orgullosa de este hito, ya que representa un reconocimiento a la lucha y capacidad de las mujeres en nuestra sociedad. Sin embargo, esta victoria nos debe llevar a la reflexión profunda, pues además contará con un Congreso con la mayoría calificada, sin contrapesos, lo que supone un riesgo, por lo que debemos ser más vigilantes y críticos que nunca, sin caer en estereotipos de género.

Vivimos tiempos de una gran polarización política, lo que sin duda se convierte en una gran oportunidad para la presidenta electa, pues debe tener claro que gobernará para todos y todas, aunque no coincidan con su ideología política. De hecho, así lo prometió en su primer discurso después de que el INE confirmara su victoria por un amplio margen. Ojalá que no siga la dinámica del actual presidente que eligió exacerbar los ánimos permanentemente entre quienes estaban a favor de él y quienes no.

En Coparmex siempre hemos defendido los contrapesos, pues consideramos que la diversidad de opiniones y la pluralidad de ideas son esenciales para una democracia robusta. La falta de estos contrapesos puede llevar a decisiones unilaterales que no reflejen la complejidad y diversidad de nuestro país.

Otro reto que tendrá la próxima presidenta de México será mejorar su relación con el sector empresarial, especialmente con las MiPyMEs, pues en la actual administración se nos atacó y estigmatizó. No olvidemos que las micro, pequeñas y medianas empresas representan la base de nuestra economía y que generan más del 80% de los empleos formales de nuestro país, de ahí la necesidad de crear políticas que fortalezcan el sector formal, promuevan la productividad y aseguren una distribución justa de los beneficios económicos.

Asimismo, la elección de Claudia Sheinbaum como presidenta debe ser un punto de inflexión hacia una mayor inclusión y empatía con las necesidades de las mujeres, especialmente en la generación de más y mejores oportunidades para nosotras y en el combate a cualquier forma de violencia en contra de las mexicanas. Sin duda, las expectativas son muy altas.

Por otro lado, la continuidad del proyecto de la actual administración no debe centrarse únicamente en grandes obras infraestructurales, sino en una verdadera construcción de recursos y una mejor distribución de la riqueza.

Celebremos este avance significativo de la llegada de una mujer a la presidencia de México, pero no bajemos la guardia. Los contrapesos y la participación activa de todos los sectores de la sociedad, incluidos los empresarios, son fundamentales para garantizar que este cambio histórico se traduzca en beneficios reales y duraderos para todos los mexicanos. La construcción de un México próspero y justo depende de nuestra capacidad para trabajar juntos, respetar nuestras diferencias y buscar siempre el bienestar para todos y todas sin excepción.

En conclusión, le pedimos: (-) menor sumisión ante el que será su antecesor; (+) más acciones afirmativas para la equidad de género; (+) más empatía por la diversidad de expectativas ciudadanas y (-) menos polarización social.


*Presidenta de Coparmex-Querétaro


En un ejercicio democrático, el cual siempre hemos defendido, México eligió por primera vez a una mujer como presidenta de la República. Claudia Sheinbaum será nuestra mandataria a partir del próximo mes de octubre, tal como lo dicta la Ley.

Como ciudadana y líder empresarial, me siento orgullosa de este hito, ya que representa un reconocimiento a la lucha y capacidad de las mujeres en nuestra sociedad. Sin embargo, esta victoria nos debe llevar a la reflexión profunda, pues además contará con un Congreso con la mayoría calificada, sin contrapesos, lo que supone un riesgo, por lo que debemos ser más vigilantes y críticos que nunca, sin caer en estereotipos de género.

Vivimos tiempos de una gran polarización política, lo que sin duda se convierte en una gran oportunidad para la presidenta electa, pues debe tener claro que gobernará para todos y todas, aunque no coincidan con su ideología política. De hecho, así lo prometió en su primer discurso después de que el INE confirmara su victoria por un amplio margen. Ojalá que no siga la dinámica del actual presidente que eligió exacerbar los ánimos permanentemente entre quienes estaban a favor de él y quienes no.

En Coparmex siempre hemos defendido los contrapesos, pues consideramos que la diversidad de opiniones y la pluralidad de ideas son esenciales para una democracia robusta. La falta de estos contrapesos puede llevar a decisiones unilaterales que no reflejen la complejidad y diversidad de nuestro país.

Otro reto que tendrá la próxima presidenta de México será mejorar su relación con el sector empresarial, especialmente con las MiPyMEs, pues en la actual administración se nos atacó y estigmatizó. No olvidemos que las micro, pequeñas y medianas empresas representan la base de nuestra economía y que generan más del 80% de los empleos formales de nuestro país, de ahí la necesidad de crear políticas que fortalezcan el sector formal, promuevan la productividad y aseguren una distribución justa de los beneficios económicos.

Asimismo, la elección de Claudia Sheinbaum como presidenta debe ser un punto de inflexión hacia una mayor inclusión y empatía con las necesidades de las mujeres, especialmente en la generación de más y mejores oportunidades para nosotras y en el combate a cualquier forma de violencia en contra de las mexicanas. Sin duda, las expectativas son muy altas.

Por otro lado, la continuidad del proyecto de la actual administración no debe centrarse únicamente en grandes obras infraestructurales, sino en una verdadera construcción de recursos y una mejor distribución de la riqueza.

Celebremos este avance significativo de la llegada de una mujer a la presidencia de México, pero no bajemos la guardia. Los contrapesos y la participación activa de todos los sectores de la sociedad, incluidos los empresarios, son fundamentales para garantizar que este cambio histórico se traduzca en beneficios reales y duraderos para todos los mexicanos. La construcción de un México próspero y justo depende de nuestra capacidad para trabajar juntos, respetar nuestras diferencias y buscar siempre el bienestar para todos y todas sin excepción.

En conclusión, le pedimos: (-) menor sumisión ante el que será su antecesor; (+) más acciones afirmativas para la equidad de género; (+) más empatía por la diversidad de expectativas ciudadanas y (-) menos polarización social.


*Presidenta de Coparmex-Querétaro