En México los cruces de ferrocarril representan un peligro latente que, lamentablemente, ha cobrado la vida de cientos de personas a lo largo de los años.
El más reciente en Amazcala, en El Marqués, dejando cinco muertos y dos heridos de gravedad, ese fue el saldo del “accidente” donde el conductor de un automóvil intentó ganarle el paso a la locomotora.
También, en agosto del 2023, en San Rafael, en este mismo municipio, un autobús de la empresa Flecha Azul le quiso ganar al tren, y dejó un saldo de cinco muertos y 11 lesionados.
Este fenómeno en muchos países está bajo un estricto control y regulación; en nuestro país parece ser un problema crónico que no ha recibido la atención adecuada.
Las estadísticas de accidentes en cruces ferroviarios en México son preocupantes: tan sólo en 2022 se documentaron más de 120 accidentes, de los cuales 30 resultaron en muertes. Estos números son escalofriantes cuando se considera que, en muchos casos, estas tragedias podrían haberse evitado con medidas de seguridad más estrictas y una mayor concientización por parte de la población.
Muchos, o casi todos los cruces ferroviarios en México, carecen de barreras automáticas, luces intermitentes y señales auditivas adecuadas y, en muchas comunidades rurales, los cruces simplemente consisten en una señal de "alto" que obedecen según la ocasión.
En muchos casos, los accidentes ocurren porque los conductores intentan "ganarle" al tren, cruzando las vías sin calcular correctamente la distancia o el tiempo necesario.
La vida de cientos de personas está en juego y es responsabilidad de todos gobierno, empresas y ciudadanos, tomar medidas para prevenir futuras tragedias; viene un nuevo tren México-Querétaro y la seguridad tendrá que ser un factor determinante si es que la vida de las personas le importa a los involucrados.
DE REBOTE
Estudiantes de la UAQ y de otras universidades particulares del país ya están sumados para no permitir la reforma al poder judicial. Todo es posible en la necedad.
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