/ miércoles 17 de julio de 2024

Expediente Q | ¿Engaño?


La semana pasada padres de familia Centro de Bachillerato Tecnológico Industrial y de Servicios No. 118 (CBTis 118) en Querétaro dieron a conocer que presuntamente un alumno de nombre Maximiliano “N” habría engañado a sus compañeros, al recolectar dinero en “coperacha” para encargarse de la fiesta de graduación de más de 200 alumnos de esta escuela.

Tendrían, como miles de estudiantes en Querétaro su fiesta de final de curso; supuestamente los alumnos se quedaron sin fiesta de graduación porque Max decidió apostar poco más de 240 mil pesos en un casino cercano al centro educativo; eso es lo que se tiene aparentemente en la información, pero hasta el momento pues nadie puede explicar cómo es que un grupo de adolescentes sin autorización de sus padres, organizaron una cooperación para una fiesta de graduación y confiaron en un joven de poco más de 18 años para que se hiciera cargo de contratar un salón de fiestas y el banquete.

El director del plantel, Eduardo Ortega, en sus redes sociales publicó lo siguiente: “nos duele que uno de nuestros estudiantes esté siendo señalado de haber cometido un delito porque estamos comprometidos con la honestidad, la integridad, la rectitud y la verdad como valores que procuramos fomentar en nuestros estudiantes”.

Lo cierto es que entregar dinero sin recibir la prestación de servicios prometida y sin un contrato puede configurarse como fraude, dependiendo del contexto y las circunstancias específicas, pero no hay mucha información al respecto y por supuesto tampoco hay certeza de los hechos.

Es un asunto entre particulares donde una de las partes prometió un trámite con la intención de no cumplirlo (presuntamente el estudiante); esto puede ser considerado como un engaño deliberado, lo cual es un elemento clave en el fraude.

Si una persona entrega dinero con la expectativa razonable de recibir un servicio en retorno y esto no ocurre, podría argumentarse que ha sido víctima de fraude, incluso en ausencia de un contrato formal. Pero son estudiantes y es compañero de clases y nadie los supervisó en la institución, al tratarse de un evento extra escolar.

Es una nota de color en donde hay muchas partes involucradas.

DE REBOTE

Como cada temporada de lluvia, los baches están por casi toda la ciudad y las autoridades municipales metropolitanas, tienen mucho trabajo y es complicado que se note, al existir tantas excavaciones de constructoras privadas que tienen la zona metropolitana (Querétaro, El Marqués y Corregidora) como auténtica zona de conflicto bélico.




La semana pasada padres de familia Centro de Bachillerato Tecnológico Industrial y de Servicios No. 118 (CBTis 118) en Querétaro dieron a conocer que presuntamente un alumno de nombre Maximiliano “N” habría engañado a sus compañeros, al recolectar dinero en “coperacha” para encargarse de la fiesta de graduación de más de 200 alumnos de esta escuela.

Tendrían, como miles de estudiantes en Querétaro su fiesta de final de curso; supuestamente los alumnos se quedaron sin fiesta de graduación porque Max decidió apostar poco más de 240 mil pesos en un casino cercano al centro educativo; eso es lo que se tiene aparentemente en la información, pero hasta el momento pues nadie puede explicar cómo es que un grupo de adolescentes sin autorización de sus padres, organizaron una cooperación para una fiesta de graduación y confiaron en un joven de poco más de 18 años para que se hiciera cargo de contratar un salón de fiestas y el banquete.

El director del plantel, Eduardo Ortega, en sus redes sociales publicó lo siguiente: “nos duele que uno de nuestros estudiantes esté siendo señalado de haber cometido un delito porque estamos comprometidos con la honestidad, la integridad, la rectitud y la verdad como valores que procuramos fomentar en nuestros estudiantes”.

Lo cierto es que entregar dinero sin recibir la prestación de servicios prometida y sin un contrato puede configurarse como fraude, dependiendo del contexto y las circunstancias específicas, pero no hay mucha información al respecto y por supuesto tampoco hay certeza de los hechos.

Es un asunto entre particulares donde una de las partes prometió un trámite con la intención de no cumplirlo (presuntamente el estudiante); esto puede ser considerado como un engaño deliberado, lo cual es un elemento clave en el fraude.

Si una persona entrega dinero con la expectativa razonable de recibir un servicio en retorno y esto no ocurre, podría argumentarse que ha sido víctima de fraude, incluso en ausencia de un contrato formal. Pero son estudiantes y es compañero de clases y nadie los supervisó en la institución, al tratarse de un evento extra escolar.

Es una nota de color en donde hay muchas partes involucradas.

DE REBOTE

Como cada temporada de lluvia, los baches están por casi toda la ciudad y las autoridades municipales metropolitanas, tienen mucho trabajo y es complicado que se note, al existir tantas excavaciones de constructoras privadas que tienen la zona metropolitana (Querétaro, El Marqués y Corregidora) como auténtica zona de conflicto bélico.



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