Todo parece indicar que en la política la congruencia no es una constante, pero muchas veces es una excepción; en Querétaro, uno de los pocos estados que todavía conserva un voto mayoritario al PAN, las voces críticas desde Morena enfrentan un desafío doble: sostener sus señalamientos hacia la oposición local mientras lidian con la cada vez más visible carga de los problemas asociados al gobierno federal que encabezan.
Es innegable que Morena tiene una posición complicada al intentar cuestionar lo que llaman “aplanadoras panistas” en Querétaro; la oposición en un estado con reglas claras y consensos legislativos firmes debe ser madura y propositiva, evitando el discurso fácil de víctimas. Sin embargo, para los actores de Morena en Querétaro, criticar las prácticas de mayoría en la entidad, cuando a nivel nacional se han replicado tácticas únicas e increíbles, para impulsar reformas polémicas, como la reciente modificación al Poder Judicial. Estas decisiones han sido acusadas de “comprar” voluntades políticas y pasar por alto los principios democráticos que tanto se defendieron en campañas. Bueno hasta votos de personas que ni siquiera están presentes en el país.
En cuanto al balance de la seguridad y las mega obras, el panorama tampoco es alentador; con más de mil ejecuciones reportadas en el primer mes de la presidencia de Claudia Sheinbaum, las promesas de pacificación parecen cada vez más lejanas; mientras tanto, proyectos emblemáticos como el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, el Tren Maya y la refinería de Dos Bocas no solo representan enormes inversiones cuestionables, sino también un futuro de endeudamiento para las finanzas públicas.
La oposición queretana, y en general los actores políticos locales, deben ser conscientes de que las críticas a las “aplanadoras” no pueden sostenerse si no se acompañan de propuestas tangibles. Morena, por su parte, debe asumir que la legitimidad para señalar fallas del pasado o del presente local sólo será creíble si en el ámbito nacional se muestran resultados claros y prácticas democráticas consistentes, pero la realidad los anda superando y de una manera muy vergonzosa.
Debe ser muy complicado asegurar que se transforma el país con acciones que dejan mucho que desear en la cuestión democrática, pero queda claro que la crítica siempre es regional, siempre se aplica una ceguera muy convincente.
DE REBOTE
El regreso a la vida pública de la ex rectora Teresa García Gasca, es encabezando una marcha por la paz que será mañana por las calles del centro de Querétaro y culminará en el Bar Los Cantaritos; la marcha supone no tiene tintes políticos y será en silencio para no contaminar su toque ciudadano y apartidista. Es un luto ciudadano.
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