/ jueves 18 de julio de 2024

El toque femenino | Mujeres de frente al duelo 


Hace tiempo sentada en la mesa de un restaurante, me vi inmersa sin querer en la plática de dos mujeres, y digo sin querer porque podía escuchar claramente el llanto y las palabras de una de ellas tanto como si estuviéramos sentadas frente a frente.

No pude evitar poner atención ya que me sentí identificada con ese sentimiento de dolor que produce una pérdida; la que sea; laboral, familiar o amorosa.

En este caso el sufrimiento y devastación se debían a la terminación de una relación romántica, supongo que de algunos años ya que hablaba de recuerdos, navidades, etc. Lo que más me llamó la atención fue que comentaba que dado que su ex ya estaba saliendo con otras personas y suponía que “ya la había superado” y ella en cambio no lograba olvidarlo, seguramente se debía a que las mujeres sufrimos más en un duelo de lo que sufren los hombres y así como ella son muchas las mujeres que tienen la misma percepción.

Cuando perdemos algo o a alguien entramos en una etapa de duelo y los duelos están presentes en toda nuestra vida desde la infancia, uno de los primeros duelos lo experimentamos el primer día de clases cuando sentimos ansiedad y miedo porque quizá mamá ya no regresé por nosotros, lo cual a veces es una experiencia traumática, y así seguimos viviendo duelos en cada etapa, algunos son mucho más dolorosos que otros y en ningún caso existe un tiempo exacto para sanar, ya que cada quien lleva un proceso, tampoco podemos decir que las mujeres lo sufren más que los hombres, lo que es verdad es que muchos hombres transitan su pérdida tratando de ignorarla, evitando enfrentarla y prefieren esconder el dolor debajo del tapete y darle rienda suelta a todos los distractores posibles, amigos, viajes, nuevas relaciones, encuentros sexuales casuales o alcohol para no sufrir, para olvidar y no pensar.

En la mayoría de los casos las mujeres, nos permitimos ser mas sensibles, nos entregamos al momento y nos sentimos mucho más libres de vivir ese duelo, de exprimirlo y agotarlo platicando y compartiendo ese dolor con las personas de nuestra mayor confianza, recordemos que a nosotras, no nos dijeron que llorar era malo como sucedió con muchos hombres.

Tanto hombres como mujeres enfrentamos los duelos de distinta manera y de acuerdo a las herramientas con que contamos, terapias, inteligencia emocional, círculo de apoyo etc. Lo que sí está absolutamente claro es que todos debemos pasar por el duelo antes o después, es decir, no por evitar sufrir haciendo como que no pasó nada, la tristeza va a desaparecer, tarde o temprano tendremos que vivirlo además recordemos que en ocasiones el cuerpo habla lo que el corazón calla y se puede expresar por medio de enfermedades.

De acuerdo a la doctora Elisabeth Kübler-Ross las etapas del duelo son: Negación, Ira, Negociación, Tristeza y Aceptación. Estas fases serán el camino a recorrer a través del tiempo que dure el duelo, a partir de que como dicen coloquialmente “nos empieza a caer el veinte” pero también puede suceder que de pronto en un solo día pases por todas las etapas, es decir puedes despertar sintiéndote muy triste posteriormente regresar a la negación e incluso a la ira y por la noche sentir que ha llegado la aceptación y así repetirse una y otra vez durante los momentos más fuertes del proceso.

Por eso es común escuchar decir a quienes enfrentan un duelo que tienen días buenos y días malos, porque se trata de una situación emocional muy humana, muy normal y lo más recomendable es que si tu estás pasando por algo similar, como decía la mamá de una muy querida amiga: te dejes llevar como las olas del mar, por ese océano de emociones, sin remordimientos, sin vergüenza y sin culpa, si sientes deseos de llorar, llora, si necesitas hablarlo hazlo, porque hacerlo sana y nos ayuda a entender mucho mejor lo que estamos pasando y de muy poca ayuda resultan quienes dicen: no llores, ya no hables de eso o el famoso “échale gan

Entonces, la diferencia para superar un duelo radica en hacernos cargo de nuestro proceso, aceptarlo y vivirlo y así, tanto hombres como mujeres pasada la tormenta podremos decir; “Querido pasado, gracias por tu enseñanza, Querido futuro, gracias por lo mejor que está por venir.



Hace tiempo sentada en la mesa de un restaurante, me vi inmersa sin querer en la plática de dos mujeres, y digo sin querer porque podía escuchar claramente el llanto y las palabras de una de ellas tanto como si estuviéramos sentadas frente a frente.

No pude evitar poner atención ya que me sentí identificada con ese sentimiento de dolor que produce una pérdida; la que sea; laboral, familiar o amorosa.

En este caso el sufrimiento y devastación se debían a la terminación de una relación romántica, supongo que de algunos años ya que hablaba de recuerdos, navidades, etc. Lo que más me llamó la atención fue que comentaba que dado que su ex ya estaba saliendo con otras personas y suponía que “ya la había superado” y ella en cambio no lograba olvidarlo, seguramente se debía a que las mujeres sufrimos más en un duelo de lo que sufren los hombres y así como ella son muchas las mujeres que tienen la misma percepción.

Cuando perdemos algo o a alguien entramos en una etapa de duelo y los duelos están presentes en toda nuestra vida desde la infancia, uno de los primeros duelos lo experimentamos el primer día de clases cuando sentimos ansiedad y miedo porque quizá mamá ya no regresé por nosotros, lo cual a veces es una experiencia traumática, y así seguimos viviendo duelos en cada etapa, algunos son mucho más dolorosos que otros y en ningún caso existe un tiempo exacto para sanar, ya que cada quien lleva un proceso, tampoco podemos decir que las mujeres lo sufren más que los hombres, lo que es verdad es que muchos hombres transitan su pérdida tratando de ignorarla, evitando enfrentarla y prefieren esconder el dolor debajo del tapete y darle rienda suelta a todos los distractores posibles, amigos, viajes, nuevas relaciones, encuentros sexuales casuales o alcohol para no sufrir, para olvidar y no pensar.

En la mayoría de los casos las mujeres, nos permitimos ser mas sensibles, nos entregamos al momento y nos sentimos mucho más libres de vivir ese duelo, de exprimirlo y agotarlo platicando y compartiendo ese dolor con las personas de nuestra mayor confianza, recordemos que a nosotras, no nos dijeron que llorar era malo como sucedió con muchos hombres.

Tanto hombres como mujeres enfrentamos los duelos de distinta manera y de acuerdo a las herramientas con que contamos, terapias, inteligencia emocional, círculo de apoyo etc. Lo que sí está absolutamente claro es que todos debemos pasar por el duelo antes o después, es decir, no por evitar sufrir haciendo como que no pasó nada, la tristeza va a desaparecer, tarde o temprano tendremos que vivirlo además recordemos que en ocasiones el cuerpo habla lo que el corazón calla y se puede expresar por medio de enfermedades.

De acuerdo a la doctora Elisabeth Kübler-Ross las etapas del duelo son: Negación, Ira, Negociación, Tristeza y Aceptación. Estas fases serán el camino a recorrer a través del tiempo que dure el duelo, a partir de que como dicen coloquialmente “nos empieza a caer el veinte” pero también puede suceder que de pronto en un solo día pases por todas las etapas, es decir puedes despertar sintiéndote muy triste posteriormente regresar a la negación e incluso a la ira y por la noche sentir que ha llegado la aceptación y así repetirse una y otra vez durante los momentos más fuertes del proceso.

Por eso es común escuchar decir a quienes enfrentan un duelo que tienen días buenos y días malos, porque se trata de una situación emocional muy humana, muy normal y lo más recomendable es que si tu estás pasando por algo similar, como decía la mamá de una muy querida amiga: te dejes llevar como las olas del mar, por ese océano de emociones, sin remordimientos, sin vergüenza y sin culpa, si sientes deseos de llorar, llora, si necesitas hablarlo hazlo, porque hacerlo sana y nos ayuda a entender mucho mejor lo que estamos pasando y de muy poca ayuda resultan quienes dicen: no llores, ya no hables de eso o el famoso “échale gan

Entonces, la diferencia para superar un duelo radica en hacernos cargo de nuestro proceso, aceptarlo y vivirlo y así, tanto hombres como mujeres pasada la tormenta podremos decir; “Querido pasado, gracias por tu enseñanza, Querido futuro, gracias por lo mejor que está por venir.