/ jueves 25 de julio de 2024

El toque femenino | Los tiempos de los “casi algo” 


Yo tuve una tía panameña llamada Rebeca, la conocí cuando rondaba los setenta y tantos años, recuerdo que era muy amable y que vivía con tres hermanos casi de su edad, en la que fuera casa de sus padres fallecidos décadas atrás.

Todos ellos tenían una historia del porqué de su soltería, pero a mi me intrigaba la historia de Rebeca, ¿por qué estaba sola?, por qué no tenía hijos ni a nadie, más que a sus poco afectivos hermanos.

Resulta que ella tuvo un “novio”, lo conoció en su cumpleaños diecisiete, se enamoraron perdidamente, pero según la moral, las buenas costumbres y las ideas de ese hombre, un año mayor que ella, Rebequita era muy joven para pedirle que fuera su novia, así que se convirtió en el amigo de la familia, “el flamante pretendiente”, hasta que 5 años después, le pareció adecuado pedirle que fuera su novia, ella accedió y fueron novios, muchos, muchos, pero muchos años más.

Rebeca acababa de cumplir 30 años cuando su padre enfermó y en el lecho de muerte, el novio le dijo: Señor, quédese tranquilo que de Rebeca me encargo yo, me casaré con ella y nada le faltará, 5 años después le hizo la misma promesa a su madre antes de morir. Pasaron varias décadas más y Rebeca nunca perdió la esperanza de recibir en cualquier momento o fecha especial el famoso anillo que la convertiría en la prometida y posteriormente en la flamante esposa de “el novio eterno” pero de pronto una tarde de verano tan ordinaria como cualquier otra, el individuo expiró su último aliento después de una gripe mal cuidada y Rebeca se quedó sola después de pasar sus mejores años desperdiciados siendo solo un “casi algo” o “casi nada” en la vida de quien fuera su gran amor.

Esta historia comenzó en la década de los 30's del siglo pasado, pero hoy, en este 2024 está más actual que nunca.

Los “casi algo” rondan por todas partes y son esas relaciones en las que generalmente uno de ellos no quiere dar el siguiente paso y se rehúsa a ponerle una etiqueta de noviazgo, de pareja o concubinato a la relación, no involucran a la persona en eventos familiares o con amigos y ponen como excusa que prefieren fluir, esto en la mayoría de los casos, es porque no tienen mayor interés que pasarla bien, mientras llega alguien que sí cumpla con todos sus requisitos y de quién sí se podrían enamorar.

Muchas veces se acepta ese tipo de situación por el miedo a la soledad y desde la creencia en ocasiones inconsciente, de no merecer algo mejor, suponiendo que quizá en algún momento cambiarán de parecer y dando tiempo a que estén listos para avanzar, pero cuando alguien dice que no está listo o lista hay que creerle y no quedarse en una relación donde la constante será la frustración y el desamor.

El aceptar ser un “casi algo” hace que disminuya tu valor frente a la otra persona ya que no tiene que hacer el mínimo esfuerzo para obtener ni tu amor, ni tu tiempo y también afecta seriamente tu amor propio.

En la actualidad encontramos una serie de adjetivos para nombrar una relación carente de compromiso: “quedes”, “casi algo”, “frees” o “amigos con derechos” y todo está perfecto, cuando es una decisión de ambos, cuando es un acuerdo en común, ya que si no es de esta manera, el precio a pagar será tan alto que puede afectar tu autoestima, generar frustración al tener un sin fin de preguntas sin respuesta y sobre todo al enfrentar la idea de no ser suficiente para una persona, recuerda que es mucho mejor dejar de lado una relación donde no te valoran y aunque pareciera que esa persona es la única en el mundo que te va a voltear a ver, no es así, permanecer en un casi algo es tirar tu tiempo a la basura, es mejor seguir tu camino, trabajar en ti, en tu crecimiento personal y así atraerás a quienes vibren en tu misma frecuencia y quieran lo mismo que tú, no tengas miedo de vivir momentos de soledad, de disfrutar tu soltería y frente a una persona que sólo te ve como su “casi algo”, más vale aplicar seriamente el “más vale sola, que mal acompañada”.



Yo tuve una tía panameña llamada Rebeca, la conocí cuando rondaba los setenta y tantos años, recuerdo que era muy amable y que vivía con tres hermanos casi de su edad, en la que fuera casa de sus padres fallecidos décadas atrás.

Todos ellos tenían una historia del porqué de su soltería, pero a mi me intrigaba la historia de Rebeca, ¿por qué estaba sola?, por qué no tenía hijos ni a nadie, más que a sus poco afectivos hermanos.

Resulta que ella tuvo un “novio”, lo conoció en su cumpleaños diecisiete, se enamoraron perdidamente, pero según la moral, las buenas costumbres y las ideas de ese hombre, un año mayor que ella, Rebequita era muy joven para pedirle que fuera su novia, así que se convirtió en el amigo de la familia, “el flamante pretendiente”, hasta que 5 años después, le pareció adecuado pedirle que fuera su novia, ella accedió y fueron novios, muchos, muchos, pero muchos años más.

Rebeca acababa de cumplir 30 años cuando su padre enfermó y en el lecho de muerte, el novio le dijo: Señor, quédese tranquilo que de Rebeca me encargo yo, me casaré con ella y nada le faltará, 5 años después le hizo la misma promesa a su madre antes de morir. Pasaron varias décadas más y Rebeca nunca perdió la esperanza de recibir en cualquier momento o fecha especial el famoso anillo que la convertiría en la prometida y posteriormente en la flamante esposa de “el novio eterno” pero de pronto una tarde de verano tan ordinaria como cualquier otra, el individuo expiró su último aliento después de una gripe mal cuidada y Rebeca se quedó sola después de pasar sus mejores años desperdiciados siendo solo un “casi algo” o “casi nada” en la vida de quien fuera su gran amor.

Esta historia comenzó en la década de los 30's del siglo pasado, pero hoy, en este 2024 está más actual que nunca.

Los “casi algo” rondan por todas partes y son esas relaciones en las que generalmente uno de ellos no quiere dar el siguiente paso y se rehúsa a ponerle una etiqueta de noviazgo, de pareja o concubinato a la relación, no involucran a la persona en eventos familiares o con amigos y ponen como excusa que prefieren fluir, esto en la mayoría de los casos, es porque no tienen mayor interés que pasarla bien, mientras llega alguien que sí cumpla con todos sus requisitos y de quién sí se podrían enamorar.

Muchas veces se acepta ese tipo de situación por el miedo a la soledad y desde la creencia en ocasiones inconsciente, de no merecer algo mejor, suponiendo que quizá en algún momento cambiarán de parecer y dando tiempo a que estén listos para avanzar, pero cuando alguien dice que no está listo o lista hay que creerle y no quedarse en una relación donde la constante será la frustración y el desamor.

El aceptar ser un “casi algo” hace que disminuya tu valor frente a la otra persona ya que no tiene que hacer el mínimo esfuerzo para obtener ni tu amor, ni tu tiempo y también afecta seriamente tu amor propio.

En la actualidad encontramos una serie de adjetivos para nombrar una relación carente de compromiso: “quedes”, “casi algo”, “frees” o “amigos con derechos” y todo está perfecto, cuando es una decisión de ambos, cuando es un acuerdo en común, ya que si no es de esta manera, el precio a pagar será tan alto que puede afectar tu autoestima, generar frustración al tener un sin fin de preguntas sin respuesta y sobre todo al enfrentar la idea de no ser suficiente para una persona, recuerda que es mucho mejor dejar de lado una relación donde no te valoran y aunque pareciera que esa persona es la única en el mundo que te va a voltear a ver, no es así, permanecer en un casi algo es tirar tu tiempo a la basura, es mejor seguir tu camino, trabajar en ti, en tu crecimiento personal y así atraerás a quienes vibren en tu misma frecuencia y quieran lo mismo que tú, no tengas miedo de vivir momentos de soledad, de disfrutar tu soltería y frente a una persona que sólo te ve como su “casi algo”, más vale aplicar seriamente el “más vale sola, que mal acompañada”.