/ jueves 15 de agosto de 2024

El toque femenino / El duro silencio de la depresión post parto 


El nacimiento de un bebé, la llegada de un nuevo ser a la vida de una mujer, es un momento trascendente y fundamental que implica cambios importantes en diferentes áreas de su vida, y es que para muchísimas mujeres el ser madre es un sueño acariciado desde la infancia, derivado de lo que llaman “el instinto materno” en algunos casos buscando replicar el ejemplo de su madre al formar una familia, o con el paso del tiempo por la idea arraigada de que una mujer logra realizarse cuando tiene un hijo, cuando se convierte en mamá.

Por lo tanto se considera natural y es esperado por familiares, amigos y pareja, que todas las mujeres perciban el día del nacimiento de su o sus hijos como el más feliz de su vida.

En la mayoría de los casos así es, claro que es normal, sentir miedo, angustia, ansiedad, nostalgia y una ligera tristeza a partir del segundo o tercer día después del nacimiento, este sentimiento incómodo llamado Baby Blue, puede durar hasta 15 días y es tan normal que llegan a sentirse así 2 de cada 10 mujeres al enfrentarse a una nueva realidad pero en la mayoría de los casos estas emociones se van superando a medida que pasan los días y se van adaptando a los nuevos horarios y

requerimientos del pequeño que llega a este mundo, en el que depende en gran medida de su primer apego positivo, su madre, ya que es con quien pasará las primeras horas de vida y con quien existe un gran vínculo incluso antes de nacer, pues estuvieron juntos durante todo el embarazo.

Sin embargo hay ocasiones en que los síntomas como: tristeza, incapacidad para vincularse con el bebé, miedo a ser una mala madre, pensamientos sobre hacer daño al bebé o a sí misma, alejamiento de familiares y amigos o pérdida de apetito que pueden aparecer incluso hasta un año después de haber dado a luz; persisten, llenando de culpa y vergüenza a las mujeres que lo padecen y la mayoría buscan ocultarlo por miedo a ser rechazadas y catalogadas como las peores madres, ya que lejos de sentirse felices, motivadas y enamoradas de ese pequeñito que tienen en sus brazos, sienten incluso un rechazo al bebé y unas ganas inmensas de desaparecer.

Esto se conoce como: Depresión Post Parto y debemos tener claro de que es una de las enfermedades maternas más comunes, ya que al momento de dar a luz, son muchas las emociones que experimentan y el reto de cumplir con las expectativas de ser la mejor mamá rebasa a millones de mujeres, sintiéndose desvalidas y sin saber qué hacer.

Hasta hace aproximadamente 3 décadas poco se sabía sobre este padecimiento y fueron muchas las mujeres que lo vivieron llenas de culpa por sentirse tan deprimidas ante un hecho que a todas luces debería ser de alegría y satisfacción total.

Uno de los pasos más importantes para enfrentar la depresión post parto es reconocer que no te estás sintiendo bien, compartirlo con la pareja y con el ginecólogo; para él será mucho más fácil explicarle a ambos lo que sucede y canalizarlos con un especialista para comenzar el tratamiento que puede incluir terapia psicológica, psiquiátrica, medicamentos que no afecten la lactancia y sobre todo el desechar totalmente el sentimiento de culpa y depresión.

Si tu vives esta situación o si conoces a alguién que tenga esos síntomas recuerda que es importante actuar con empatía toda vez que nadie puede juzgar la reacción de la mente y cuerpo de cada persona y sobre todo hacerle saber que no es la única mujer que pasa por algo así, que no significa que sea mala madre y que bajo ninguna circunstancia es un sentimiento que durará para siempre, pero que para contrarrestarlo necesita ayuda profesional, no basta con “echarle ganas” y mucho menos con dejarlo en manos del tiempo que según la opinión de algunos, “todo lo cura”.

Esto es parte de un desequilibrio hormonal y al paso de los días y la terapia, volverás a sonreír a sentirte viva y sobre todo a amar y agradecer la vida que tu fuiste capaz de brindar a ese hermoso ser, al que sin duda le darás todo tu amor, ese amor de madre que tienes reservado en tu corazón solo para tu bebé.



El nacimiento de un bebé, la llegada de un nuevo ser a la vida de una mujer, es un momento trascendente y fundamental que implica cambios importantes en diferentes áreas de su vida, y es que para muchísimas mujeres el ser madre es un sueño acariciado desde la infancia, derivado de lo que llaman “el instinto materno” en algunos casos buscando replicar el ejemplo de su madre al formar una familia, o con el paso del tiempo por la idea arraigada de que una mujer logra realizarse cuando tiene un hijo, cuando se convierte en mamá.

Por lo tanto se considera natural y es esperado por familiares, amigos y pareja, que todas las mujeres perciban el día del nacimiento de su o sus hijos como el más feliz de su vida.

En la mayoría de los casos así es, claro que es normal, sentir miedo, angustia, ansiedad, nostalgia y una ligera tristeza a partir del segundo o tercer día después del nacimiento, este sentimiento incómodo llamado Baby Blue, puede durar hasta 15 días y es tan normal que llegan a sentirse así 2 de cada 10 mujeres al enfrentarse a una nueva realidad pero en la mayoría de los casos estas emociones se van superando a medida que pasan los días y se van adaptando a los nuevos horarios y

requerimientos del pequeño que llega a este mundo, en el que depende en gran medida de su primer apego positivo, su madre, ya que es con quien pasará las primeras horas de vida y con quien existe un gran vínculo incluso antes de nacer, pues estuvieron juntos durante todo el embarazo.

Sin embargo hay ocasiones en que los síntomas como: tristeza, incapacidad para vincularse con el bebé, miedo a ser una mala madre, pensamientos sobre hacer daño al bebé o a sí misma, alejamiento de familiares y amigos o pérdida de apetito que pueden aparecer incluso hasta un año después de haber dado a luz; persisten, llenando de culpa y vergüenza a las mujeres que lo padecen y la mayoría buscan ocultarlo por miedo a ser rechazadas y catalogadas como las peores madres, ya que lejos de sentirse felices, motivadas y enamoradas de ese pequeñito que tienen en sus brazos, sienten incluso un rechazo al bebé y unas ganas inmensas de desaparecer.

Esto se conoce como: Depresión Post Parto y debemos tener claro de que es una de las enfermedades maternas más comunes, ya que al momento de dar a luz, son muchas las emociones que experimentan y el reto de cumplir con las expectativas de ser la mejor mamá rebasa a millones de mujeres, sintiéndose desvalidas y sin saber qué hacer.

Hasta hace aproximadamente 3 décadas poco se sabía sobre este padecimiento y fueron muchas las mujeres que lo vivieron llenas de culpa por sentirse tan deprimidas ante un hecho que a todas luces debería ser de alegría y satisfacción total.

Uno de los pasos más importantes para enfrentar la depresión post parto es reconocer que no te estás sintiendo bien, compartirlo con la pareja y con el ginecólogo; para él será mucho más fácil explicarle a ambos lo que sucede y canalizarlos con un especialista para comenzar el tratamiento que puede incluir terapia psicológica, psiquiátrica, medicamentos que no afecten la lactancia y sobre todo el desechar totalmente el sentimiento de culpa y depresión.

Si tu vives esta situación o si conoces a alguién que tenga esos síntomas recuerda que es importante actuar con empatía toda vez que nadie puede juzgar la reacción de la mente y cuerpo de cada persona y sobre todo hacerle saber que no es la única mujer que pasa por algo así, que no significa que sea mala madre y que bajo ninguna circunstancia es un sentimiento que durará para siempre, pero que para contrarrestarlo necesita ayuda profesional, no basta con “echarle ganas” y mucho menos con dejarlo en manos del tiempo que según la opinión de algunos, “todo lo cura”.

Esto es parte de un desequilibrio hormonal y al paso de los días y la terapia, volverás a sonreír a sentirte viva y sobre todo a amar y agradecer la vida que tu fuiste capaz de brindar a ese hermoso ser, al que sin duda le darás todo tu amor, ese amor de madre que tienes reservado en tu corazón solo para tu bebé.