/ jueves 22 de agosto de 2024

El toque femenino / Bienvenida la deconstrucción masculina y la femenina, también


Hace unos días en el súper escuché a una pareja hablar de lo que harían regresando a casa, él, propuso lo que a su parecer era una súper idea, “si quieres ahorita que lleguemos a la casa, en lo que tu terminas de recoger y haces la comida, “yo me meto a la alberca con unas cervezas y ya luego me alcanzas con esa botanita que te queda tan buena”

Sin duda esta propuesta nada igualitaria, donde prevalece el machismo ya que el hombre de esta pareja descansa y disfruta la vida mientras le asigna a la mujer tareas a cumplir dentro del hogar que una vez terminadas le darán acceso a un momento de descanso y diversión, me llevó directo a pensar en un término que seguramente has escuchado, sobre todo en el argot y de la mano de mujeres o movimientos feministas que es “Deconstrución Masculina” el significado de la palabra “deconstrucción”, de acuerdo a la RAE, es deshacer analíticamente algo para darle nueva estructura o el desmontaje de un concepto o de una construcción intelectual por medio de su análisis.

Por lo tanto la parte fundamental de la deconstrucción es estar dispuestos a “aprender a desaprender conductas tóxicas”

Va en aumento el interés por parte de varios hombres y en muchos casos impulsado y alentado por novias, concubinas o esposas, de reinventarse para dar pie a su mejor versión, a partir del análisis y conocimiento de los elementos de su carácter, acciones y actitudes que no suman a sus relaciones de pareja y por el contrario las sumerge en al abismo de la desigualdad y toxicidad, al imponer ideas desde la posición y lugar de privilegio y superioridad de los hombres, inculcado y aceptado por la sociedad y el pacto patriarcal. Esas actitudes enseñadas y tatuadas desde la infancia por parte de todos quienes intervienen en la formación, educación y valores de los niños, que no solo son mamá o papá ya que los pequeños aprenden también del ejemplo y palabras de tíos, abuelos y maestros que se encargan de formar e introducir en sus pequeñas mentes información en muchísimos casos errónea del deber ser y hacer de los hombres, que implementarán a lo largo de su vida y sobre todo en su manera de relacionarse y tratar al género opuesto, y me refiero a “todos los que intervienen” ya que hay quienes hasta el sol de hoy y de manera equivocada, aseveran que somos las mujeres, especialmente las madres quienes educamos y formamos a los hijos perpetuando el machismo.

En la actualidad existen grupos de hombres que se reúnen para intercambiar experiencias ya que están dispuestos a romper su ideología en pedacitos para reconstruirla y de esta manera tener relaciones de pareja más sanas y más igualitarias a partir de una decisión propia que nada tiene que ver con una manera de perder su virilidad o liderazgo al involucrarse en actividades domésticas propias de las mujeres y sensibilizarse al grado de conectar mucho más con su lado femenino como opinan muchos de los detractores de la deconstrucción masculina.

Por ende el implementar nuevas masculinidades en la cotidianeidad del hombre y su vida en pareja no significa perder hombría es más bien un cambio profundo para erradicar una visión y pensamientos erróneos que dañan sus relaciones y a partir de la igualdad y la empatía reconocer que el trabajo, las labores de hogar y crianza se hacen en conjunto de manera compartida, hombres y mujeres lavan platos y ambos limpian la casa y así en conjunto también se comparten los momentos de asueto y diversión, no es posible que mientras el hombre descansa la mujer está vuelta loca limpiando y cocinando o viceversa, la pareja es un equipo donde se reparten por igual obligaciones y responsabilidades.

Ahora bien, no es justo, empático ni igualitario, suponer que todo lo que hacemos las mujeres es perfecto y no requiere ningún ajuste y en cambio todo lo que hacen los hombres está mal y debe modificarse para que las cosas funcionen correctamente, las áreas de oportunidad están abiertas para ambos géneros y esa deconstrucción es una responsabilidad compartida en la que tomando lo mejor y desechando lo peor de cada uno de ellos se establece un nuevo orden donde hombres y mujeres conforman una pareja consciente sana y felizmente deconstruida.



Hace unos días en el súper escuché a una pareja hablar de lo que harían regresando a casa, él, propuso lo que a su parecer era una súper idea, “si quieres ahorita que lleguemos a la casa, en lo que tu terminas de recoger y haces la comida, “yo me meto a la alberca con unas cervezas y ya luego me alcanzas con esa botanita que te queda tan buena”

Sin duda esta propuesta nada igualitaria, donde prevalece el machismo ya que el hombre de esta pareja descansa y disfruta la vida mientras le asigna a la mujer tareas a cumplir dentro del hogar que una vez terminadas le darán acceso a un momento de descanso y diversión, me llevó directo a pensar en un término que seguramente has escuchado, sobre todo en el argot y de la mano de mujeres o movimientos feministas que es “Deconstrución Masculina” el significado de la palabra “deconstrucción”, de acuerdo a la RAE, es deshacer analíticamente algo para darle nueva estructura o el desmontaje de un concepto o de una construcción intelectual por medio de su análisis.

Por lo tanto la parte fundamental de la deconstrucción es estar dispuestos a “aprender a desaprender conductas tóxicas”

Va en aumento el interés por parte de varios hombres y en muchos casos impulsado y alentado por novias, concubinas o esposas, de reinventarse para dar pie a su mejor versión, a partir del análisis y conocimiento de los elementos de su carácter, acciones y actitudes que no suman a sus relaciones de pareja y por el contrario las sumerge en al abismo de la desigualdad y toxicidad, al imponer ideas desde la posición y lugar de privilegio y superioridad de los hombres, inculcado y aceptado por la sociedad y el pacto patriarcal. Esas actitudes enseñadas y tatuadas desde la infancia por parte de todos quienes intervienen en la formación, educación y valores de los niños, que no solo son mamá o papá ya que los pequeños aprenden también del ejemplo y palabras de tíos, abuelos y maestros que se encargan de formar e introducir en sus pequeñas mentes información en muchísimos casos errónea del deber ser y hacer de los hombres, que implementarán a lo largo de su vida y sobre todo en su manera de relacionarse y tratar al género opuesto, y me refiero a “todos los que intervienen” ya que hay quienes hasta el sol de hoy y de manera equivocada, aseveran que somos las mujeres, especialmente las madres quienes educamos y formamos a los hijos perpetuando el machismo.

En la actualidad existen grupos de hombres que se reúnen para intercambiar experiencias ya que están dispuestos a romper su ideología en pedacitos para reconstruirla y de esta manera tener relaciones de pareja más sanas y más igualitarias a partir de una decisión propia que nada tiene que ver con una manera de perder su virilidad o liderazgo al involucrarse en actividades domésticas propias de las mujeres y sensibilizarse al grado de conectar mucho más con su lado femenino como opinan muchos de los detractores de la deconstrucción masculina.

Por ende el implementar nuevas masculinidades en la cotidianeidad del hombre y su vida en pareja no significa perder hombría es más bien un cambio profundo para erradicar una visión y pensamientos erróneos que dañan sus relaciones y a partir de la igualdad y la empatía reconocer que el trabajo, las labores de hogar y crianza se hacen en conjunto de manera compartida, hombres y mujeres lavan platos y ambos limpian la casa y así en conjunto también se comparten los momentos de asueto y diversión, no es posible que mientras el hombre descansa la mujer está vuelta loca limpiando y cocinando o viceversa, la pareja es un equipo donde se reparten por igual obligaciones y responsabilidades.

Ahora bien, no es justo, empático ni igualitario, suponer que todo lo que hacemos las mujeres es perfecto y no requiere ningún ajuste y en cambio todo lo que hacen los hombres está mal y debe modificarse para que las cosas funcionen correctamente, las áreas de oportunidad están abiertas para ambos géneros y esa deconstrucción es una responsabilidad compartida en la que tomando lo mejor y desechando lo peor de cada uno de ellos se establece un nuevo orden donde hombres y mujeres conforman una pareja consciente sana y felizmente deconstruida.