/ domingo 3 de noviembre de 2024

El cronista sanjuanense / Las fiestas a los muertos y la ofrenda


En México, el Día de Muertos o Todos Santos más que una festividad cristiana es una celebración donde se mezclan tanto la cultura prehispánica como la religión católica, donde el pueblo mexicano logró mantener sus antiguas tradiciones vivas. En estas tradiciones se entrelazan sentimientos contrastantes, como el dolor de perder a un ser querido, unidos al colorido de la fiesta y la diversión. La festividad del día de los muertos de divide principalmente en dos partes, en conmemoraciones los días 1 y 2 de noviembre.

El día de todos los santos, que se conmemora el 1 de noviembre, es la fiesta de todos los santos que tuvieron una vida ejemplar así también de los niños difuntos. Este festejo es pequeño en comparación con la del Día de Muertos. Tradicionalmente se acostumbra elaborar ofrendas a los santos dentro de los templos católicos; por otro lado, muchas familias acostumbran montar ofrendas a sus niños fallecidos, ya sea dentro de sus casas o sobre sus tumbas en los cementerios. Estas ofrendas, que no altares, son adornados con papel picado de diferentes colores, flores de Cempasúchil, Cresta de Gallo o Terciopelo, Clavel, Crisantemo, Alhelí y Nube, candelas o veladoras (los antiguos mexicanos utilizaban rajas de ocote) y retratos (si los hubo, dependiendo de la edad de fallecimiento). En estas ofrendas suelen colocarse juguetes y dulces.

Por otro lado, el 2 de noviembre es la fecha en que se celebra la máxima festividad de los muertos en México. Esta conmemoración está llena de muchas tradiciones y costumbres. Las personas acuden a los panteones y llevan flores a las tumbas de sus difuntos, incluso, las personas velan durante la noche en la tumba a la espera de que el espíritu de su muerto baje y disfrute de lo ofrendado. Las personas velan durante la noche en la tumba esperando que el espíritu de su muerto baje y disfrute de su ofrenda. Para otros, esta conmemoración representa todo un rito que comienza en la madrugada, cuando las familias montan ofrendas sobre las tumbas de sus muertos. Estas ofrendas tienen gran significado, ya que con ellos se cree que se ayuda a los difuntos a llevar un buen camino en el proceso del alma posterior a la muerte física.

La ofrenda a los muertos es una mezcla cultural donde los europeos pusieron algunas flores, ceras, velas y veladoras; los indígenas le agregaron el sahumerio con su copal y la comida y la flor de cempasúchil (Zempoalxóchitl). La ofrenda, tal y como la conocemos hoy, es también un reflejo del sincretismo del viejo y el nuevo mundo. Se recibe a los muertos con elementos naturales, frugales e intangibles -incluimos aquí las estelas de olores y fragancias que le nacen a las flores, al incienso y al copal-. El copal era ofrecido por los indígenas a sus dioses ya que el incienso aún no se conocía, este llegó con los españoles. Es el elemento que sublima la oración o alabanza. Fragancia de reverencia.

Con el paso del tiempo, las familias dedican horas trabajando en la instalación de la ofrenda. En cada vez hay ofrendas que se consideran verdaderas obras de arte, ya que reflejan el ingenio, dedicación y fervor de la gente en ello. Existen muchas formas de realizar ofrendas a los muertos, la más sencilla se suele hacer dentro de la casa, ya sea sobre una mesa, regularmente la del comedor o cocina, que se cubre con uno de los mejores manteles que se dispone, se coloca un retrato de la o las personas fallecidas y se adorna con flores, veladoras, frutas y algunos recuerdos.

La tradición de la ofrenda de muertos varía en las distintas zonas de México. Lo único cierto es que, aunque no tiene una fecha exacta de su creación, se ha vuelto toda una tradición mexicana que figura como de las más importantes en la cultura popular. La ofrenda de muertos es más bien el resultado del sincretismo cultural entre las costumbres y tradiciones europeas con las mexicanas, a partir de la época de la conquista. Hoy son tradiciones muy arraigadas en el México contemporáneo y que cada vez se van diversificando más, lo que ha contribuido a que se enriquezcan y sean mayormente valoradas en el mundo como de las más auténticas de la cultura del mundo.

Acotación al margen. Las “ofrendas prehispánicas de muertos” no existen. Más bien es una traslación o ambientación de una ofrenda cuando se le imponen sentidos prehispánicos o cuando se le asocia con el significado de muchos que tienen que ver con la muerte. Los antepasados prehispánicos realizaban rituales a los muertos que terminaban hasta el momento en que se enterraba el cuerpo. Posterior a eso no realizaban ofrendas, por lo que la “ofrenda prehispánica” es errado.


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En México, el Día de Muertos o Todos Santos más que una festividad cristiana es una celebración donde se mezclan tanto la cultura prehispánica como la religión católica, donde el pueblo mexicano logró mantener sus antiguas tradiciones vivas. En estas tradiciones se entrelazan sentimientos contrastantes, como el dolor de perder a un ser querido, unidos al colorido de la fiesta y la diversión. La festividad del día de los muertos de divide principalmente en dos partes, en conmemoraciones los días 1 y 2 de noviembre.

El día de todos los santos, que se conmemora el 1 de noviembre, es la fiesta de todos los santos que tuvieron una vida ejemplar así también de los niños difuntos. Este festejo es pequeño en comparación con la del Día de Muertos. Tradicionalmente se acostumbra elaborar ofrendas a los santos dentro de los templos católicos; por otro lado, muchas familias acostumbran montar ofrendas a sus niños fallecidos, ya sea dentro de sus casas o sobre sus tumbas en los cementerios. Estas ofrendas, que no altares, son adornados con papel picado de diferentes colores, flores de Cempasúchil, Cresta de Gallo o Terciopelo, Clavel, Crisantemo, Alhelí y Nube, candelas o veladoras (los antiguos mexicanos utilizaban rajas de ocote) y retratos (si los hubo, dependiendo de la edad de fallecimiento). En estas ofrendas suelen colocarse juguetes y dulces.

Por otro lado, el 2 de noviembre es la fecha en que se celebra la máxima festividad de los muertos en México. Esta conmemoración está llena de muchas tradiciones y costumbres. Las personas acuden a los panteones y llevan flores a las tumbas de sus difuntos, incluso, las personas velan durante la noche en la tumba a la espera de que el espíritu de su muerto baje y disfrute de lo ofrendado. Las personas velan durante la noche en la tumba esperando que el espíritu de su muerto baje y disfrute de su ofrenda. Para otros, esta conmemoración representa todo un rito que comienza en la madrugada, cuando las familias montan ofrendas sobre las tumbas de sus muertos. Estas ofrendas tienen gran significado, ya que con ellos se cree que se ayuda a los difuntos a llevar un buen camino en el proceso del alma posterior a la muerte física.

La ofrenda a los muertos es una mezcla cultural donde los europeos pusieron algunas flores, ceras, velas y veladoras; los indígenas le agregaron el sahumerio con su copal y la comida y la flor de cempasúchil (Zempoalxóchitl). La ofrenda, tal y como la conocemos hoy, es también un reflejo del sincretismo del viejo y el nuevo mundo. Se recibe a los muertos con elementos naturales, frugales e intangibles -incluimos aquí las estelas de olores y fragancias que le nacen a las flores, al incienso y al copal-. El copal era ofrecido por los indígenas a sus dioses ya que el incienso aún no se conocía, este llegó con los españoles. Es el elemento que sublima la oración o alabanza. Fragancia de reverencia.

Con el paso del tiempo, las familias dedican horas trabajando en la instalación de la ofrenda. En cada vez hay ofrendas que se consideran verdaderas obras de arte, ya que reflejan el ingenio, dedicación y fervor de la gente en ello. Existen muchas formas de realizar ofrendas a los muertos, la más sencilla se suele hacer dentro de la casa, ya sea sobre una mesa, regularmente la del comedor o cocina, que se cubre con uno de los mejores manteles que se dispone, se coloca un retrato de la o las personas fallecidas y se adorna con flores, veladoras, frutas y algunos recuerdos.

La tradición de la ofrenda de muertos varía en las distintas zonas de México. Lo único cierto es que, aunque no tiene una fecha exacta de su creación, se ha vuelto toda una tradición mexicana que figura como de las más importantes en la cultura popular. La ofrenda de muertos es más bien el resultado del sincretismo cultural entre las costumbres y tradiciones europeas con las mexicanas, a partir de la época de la conquista. Hoy son tradiciones muy arraigadas en el México contemporáneo y que cada vez se van diversificando más, lo que ha contribuido a que se enriquezcan y sean mayormente valoradas en el mundo como de las más auténticas de la cultura del mundo.

Acotación al margen. Las “ofrendas prehispánicas de muertos” no existen. Más bien es una traslación o ambientación de una ofrenda cuando se le imponen sentidos prehispánicos o cuando se le asocia con el significado de muchos que tienen que ver con la muerte. Los antepasados prehispánicos realizaban rituales a los muertos que terminaban hasta el momento en que se enterraba el cuerpo. Posterior a eso no realizaban ofrendas, por lo que la “ofrenda prehispánica” es errado.


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