/ domingo 22 de septiembre de 2024

El cronista sanjuanense / El primer museo en San Juan del Río

El antecedente más antiguo sobre el primer museo que se instaló en esta ciudad lo tenemos del año 1981, cuando nació el Museo de Historia de San Juan del Río. Este museo, que contenía restos arqueológicos de la zona de La Estancia y del Barrio de La Cruz, fue detonado, principalmente, por los antropólogos Jaime Nieto Ramírez, Aurora Castillo Escalona y Margarita Velasco Mireles, esta última, investiga­dora del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

Entre los años 1967 y 1969, tiempo en que se realizaron las obras de construcción de la cortina de la Presa Constitución de 1917 en inmediaciones de la comuni­dad de La Estancia, fueron saliendo a la luz cientos de piezas ar­queológicas provenientes de un antiguo enclave teotihuacano en la zona que se desarrolló en esta región entre 750 y 1200 años d. C. Estos materiales fueron recogidos de forma no autorizada por habitantes cercanos quienes las llevaron a sus casas; investigadores del INAH hicieron lo propio y lograron rescatar otras tantas que resguardaron en la ciudad Santiago de Querétaro.

Un sanjuanense, Francisco Cabrera Pedraza (que fue también presidente municipal en el periodo 1953 a 1954) fue quien rescató muchas de esas pie­zas y quien además, al ver que muchos de los pobladores comenzaron a comerciar con las piezas arqueológicas, se dedicó a comprárselas para que no se perdiera ese valioso patrimonio. Así que, con lo que su bolsillo le permitió, adquirió un buen número resguardándolas en su casa.

Para el año 1981, Francisco Cabrera le comenta al antropólogo Jaime Nieto lo que tiene en su haber y ver que se podía hacer con ello, surge entonces la idea de crear un museo en el recién rescatado y remozado Panteón de la Santa Vera Cruz. Para este museo Cabrera donaría todo ese material arqueológico, el cual, con ello, pasaría a ser resguardado por el gobierno municipal, con lo que se garantizaría su protección. Cator­ce huacales de piezas arqueológicas tenía Francisco Cabrera. Jaime Nieto donaría otros cuatro o cin­co huacales que también tenía. Estos acervos se integraban con piezas diversas, la gran mayoría completas y en buen estado de conservación, pero también había figurillas antropomorfas y zoomorfas, cerámica (vasijas, tepalcates, trípodes, incensarios, platos, sellos, etc.), artefactos de obsidiana y pedernal, artículos suntuarios como collares, puntas de incisión corporal, pectorales, entre otros, además de mucha pedacería.

Una de las mejores piezas que se obtuvieron fue una flauta tubular cuádruple precortesiana con iconografía de la muerte, muy rara, comentado por los propios estudiosos del INAH, esta flauta es una de las piezas más importantes no sólo para la región de Querétaro, sino para toda Mesoamérica. Las flautas múltiples se usaron mucho en varias culturas del México Antiguo y represen­tan uno de los más altos desarrollos de la organología mesoamericana, en materia de aerófonos tubulares.

Los antropólogos Nieto, Castillo y Velasco, invitaron a Jaime Litvak King, arqueólogo, divulgador, maestro y amante de la música y del arte, quien fue su docente en la facultad, para que elaborara el primer guión museográfico. Teniendo ya el guión, inmediatamente comenzaron con la labor de registro de todas las piezas, habiendo sido capacitados para ello. Fue en tiempos de Jorge Herbert Pérez como Presidente Municipal de San Juan del Río, quien decidió aportar del erario municipal para los pedestales de madera y los acrílicos para cubrir el material de exposición; asignó también un custodio permanente para vigilancia y protección del museo, bajo la condi­ción de que hubiera una persona capaz de dar la visita guiada en él a los visitantes.

El museo fue inaugurado el 24 de junio de 1981. Como dato curioso, se mandó hacer y colocó una placa de bronce conmemo­rativa por el importante evento, misma que fue retirada y escondida porque el apellido del presidente Herbert venía mal escrito, decía Gerber, como la marca de alimentos para bebes. Entonces se mandó hacer una de cantera que es la que permanece en uno de los muros a la entrada del Panteón de la Santa Vera Cruz hasta hoy.

Este es el origen de los muesos en San Juan del Río. Habrá otras oportunidades de comentar con los lectores otras crónicas sobre los museos a través del tiempo.

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