/ domingo 14 de julio de 2024

El cronista sanjuanense | El cuentista, poeta y compositor Alfredo Coéllar Gómez

Gracias a la investigadora Beatriz Cuéllar Quiroz, conocemos datos biográficos sobre este ilustre sanjuanense que nació en la ciudad San Juan del Río, Querétaro, el 8 de julio de 1907, precisamente en la casa marcada con el número 22 de la calle 16 de Septiembre. Fue el primogénito de don Herlindo Coéllar Trejo y doña Elisa Gómez Gómez, matrimonio ejemplar, sencillo y humanitario.

Don Alfredo Coéllar contrajo matrimonio en el año 1933 con la señorita María Elena Sánchez Quiroz, sus hijos Martha, María Elena, Armando, Alicia y Silvia.

Para 1947 se dio de alta en el Ejército Mexicano donde llegó al grado de Capitán. Es ahí donde se inspira y compone el himno Defensores de México. Una crónica suya, publicada en El Universal el 27 de noviembre de aquel año, expresa “Al entregar el Himno Patriótico de México a la niñez y la juventud de nuestro país, he querido poner mi modesto esfuerzo para contribuir a despertar en quienes han de ser los ciudadanos del mañana, un profundo amor a la Patria”. El 16 de diciembre de 1951, en una ceremonia realizada en el Campo Militar No. 1, el autor entregó el primer disco de este himno al presidente de México Miguel Alemán Valdez, mientras la Banda del Estado Mayor Presidencial lo interpretaba. El primer mandatario de la nación aceptó con agrado el obsequio diciéndole “Muchas gracias capitán. En nombre de la Patria, lo felicito”. Para 1973, el himno Defensores de México fue autorizado por el Instituto Nacional de Bellas Artes para ser interpretado en todas las escuelas primarias, secundarias y academias militarizadas del país. Este himno compuesto por Alfredo Coéllar Gómez, se conoce actualmente como Himno de las Reservas.

Su poesía fue considerada por Salvador Novo dentro de la tradición lírica romántica de México. Colaboró en diarios y revistas como El Nacional, El Universal y Versión de Provincia de San Juan del Río, con poesías, cuentos y ensayos.

En 1951, Coéllar Gómez dio a conocer su primer libro titulado Poesías. El 25 de abril de ese mismo año, en el Centro Social El Patio de la Ciudad de México, la orquesta de Pepe Márquez estrenó su canción bolero Inspiración, siendo ésta un gran éxito para los ahí presentes; simultáneamente la estación de radio X.E.Q. hizo la transmisión. En 1952 nació Apuntes de un Peregrino, donde describe los aspectos más im­presionantes de la peregrinación a pie de Querétaro al Tepeyac. El Pbro. Emilio Perusquía, en la zona más apartada de la Sierra Gorda queretana, La Florida, le pidió su cooperación para las misiones que incluían la construcción de un tem­plo y escuela en ese lugar. Imposibilitado económicamente, puso a disposición del sacerdote el producto de la venta de este libro. Recorrió, acompañado de su hermano Ernesto, varias veces la columna ven­diendo entre los peregrinos el pequeño libro, mientras el Padre Berumen, Director Espiritual, explicaba el noble fin.

Entre otros, escribió el cuento Juan Reséndiz, en 1967, y Siluetas, Prosa y Poesía en 1972. A solicitud de la afamada poetiza Olga Lydia Aréchiga, colaboró con algunos de sus escritos en los libros Brújula 609, Máximas para la juventud y Rumbo 808. Publicó en 1983 La güera Tomasa y Olas Altas, Antología Poética; En 1980, el escritor sacó a la luz Regalo de Bodas, como un testimonio del trato digno y justo que debía darse a la mu­jer mexicana para ese tiempo, ya que consideraba anacrónica la Epístola de Melchor Ocampo y pidió, respetuosamente, someter a la consideración del gobierno federal se le diera carácter oficial a esta obra en sustitución de la epístola que, a su tiempo cumplió con su cometido. Desafortunadamente, los trámites burocráticos fueron archivando tan valiosa aporta­ción para la sociedad y ahora sólo queda en bello recuerdo y una meta no lograda.

Don Alfredo Coéllar Gómez falleció en la Ciudad de México el 7 de junio de 1984, a la edad de 77 años. La riqueza literaria, espíritu de servicio y su don de gente de este gran personaje sanjuanense quedarán para siempre como una muestra palpable de su trascendental paso por la vida.

Gracias a la investigadora Beatriz Cuéllar Quiroz, conocemos datos biográficos sobre este ilustre sanjuanense que nació en la ciudad San Juan del Río, Querétaro, el 8 de julio de 1907, precisamente en la casa marcada con el número 22 de la calle 16 de Septiembre. Fue el primogénito de don Herlindo Coéllar Trejo y doña Elisa Gómez Gómez, matrimonio ejemplar, sencillo y humanitario.

Don Alfredo Coéllar contrajo matrimonio en el año 1933 con la señorita María Elena Sánchez Quiroz, sus hijos Martha, María Elena, Armando, Alicia y Silvia.

Para 1947 se dio de alta en el Ejército Mexicano donde llegó al grado de Capitán. Es ahí donde se inspira y compone el himno Defensores de México. Una crónica suya, publicada en El Universal el 27 de noviembre de aquel año, expresa “Al entregar el Himno Patriótico de México a la niñez y la juventud de nuestro país, he querido poner mi modesto esfuerzo para contribuir a despertar en quienes han de ser los ciudadanos del mañana, un profundo amor a la Patria”. El 16 de diciembre de 1951, en una ceremonia realizada en el Campo Militar No. 1, el autor entregó el primer disco de este himno al presidente de México Miguel Alemán Valdez, mientras la Banda del Estado Mayor Presidencial lo interpretaba. El primer mandatario de la nación aceptó con agrado el obsequio diciéndole “Muchas gracias capitán. En nombre de la Patria, lo felicito”. Para 1973, el himno Defensores de México fue autorizado por el Instituto Nacional de Bellas Artes para ser interpretado en todas las escuelas primarias, secundarias y academias militarizadas del país. Este himno compuesto por Alfredo Coéllar Gómez, se conoce actualmente como Himno de las Reservas.

Su poesía fue considerada por Salvador Novo dentro de la tradición lírica romántica de México. Colaboró en diarios y revistas como El Nacional, El Universal y Versión de Provincia de San Juan del Río, con poesías, cuentos y ensayos.

En 1951, Coéllar Gómez dio a conocer su primer libro titulado Poesías. El 25 de abril de ese mismo año, en el Centro Social El Patio de la Ciudad de México, la orquesta de Pepe Márquez estrenó su canción bolero Inspiración, siendo ésta un gran éxito para los ahí presentes; simultáneamente la estación de radio X.E.Q. hizo la transmisión. En 1952 nació Apuntes de un Peregrino, donde describe los aspectos más im­presionantes de la peregrinación a pie de Querétaro al Tepeyac. El Pbro. Emilio Perusquía, en la zona más apartada de la Sierra Gorda queretana, La Florida, le pidió su cooperación para las misiones que incluían la construcción de un tem­plo y escuela en ese lugar. Imposibilitado económicamente, puso a disposición del sacerdote el producto de la venta de este libro. Recorrió, acompañado de su hermano Ernesto, varias veces la columna ven­diendo entre los peregrinos el pequeño libro, mientras el Padre Berumen, Director Espiritual, explicaba el noble fin.

Entre otros, escribió el cuento Juan Reséndiz, en 1967, y Siluetas, Prosa y Poesía en 1972. A solicitud de la afamada poetiza Olga Lydia Aréchiga, colaboró con algunos de sus escritos en los libros Brújula 609, Máximas para la juventud y Rumbo 808. Publicó en 1983 La güera Tomasa y Olas Altas, Antología Poética; En 1980, el escritor sacó a la luz Regalo de Bodas, como un testimonio del trato digno y justo que debía darse a la mu­jer mexicana para ese tiempo, ya que consideraba anacrónica la Epístola de Melchor Ocampo y pidió, respetuosamente, someter a la consideración del gobierno federal se le diera carácter oficial a esta obra en sustitución de la epístola que, a su tiempo cumplió con su cometido. Desafortunadamente, los trámites burocráticos fueron archivando tan valiosa aporta­ción para la sociedad y ahora sólo queda en bello recuerdo y una meta no lograda.

Don Alfredo Coéllar Gómez falleció en la Ciudad de México el 7 de junio de 1984, a la edad de 77 años. La riqueza literaria, espíritu de servicio y su don de gente de este gran personaje sanjuanense quedarán para siempre como una muestra palpable de su trascendental paso por la vida.